El comercio de la zona también se está viendo afectado.
En Gaira, ni asistir a misa con tranquilidad se ha podido desde hace varias semanas, debido al rebosamiento de aguas residuales en las calles que rodean la Parroquia San Jacinto.
Pese a que la comunidad, envió una solicitud formal a la Empresa de Servicios Públicos del Distrito -Essmar-, para que intervenga la situación los más pronto posible, a la fecha, no han recibido respuestas. Por lo contrario, el líquido putrefacto continúa invadiendo las calles del barrio.
Las zonas más afectadas, son las calles 12, 13 y 14, sector que está siendo intervenido actualmente por la administración distrital, para el mejoramiento de la movilidad.
“Hasta ir a misa se ha vuelto una odisea, el mal olor que brotan de los majoles rebosados se mete hasta el templo y es realmente incómodo”, señaló una feligrés.
Quienes también se han visto afectados, son los comerciantes de la zona, a quienes los “ríos” de aguas residuales le han disminuido considerablemente las ventas, especialmente a los negocios dedicados a la gastronomía.
Es importante mencionar que, hasta el momento, la Essmar no se ha pronunciado al respecto, sino que presuntamente ha dejado a la comunidad abandona, según exponen los moradores de este icónico sector de Santa Marta.
Finalmente, los gaireros hacen un llamado a la Alcaldía de Santa Marta, para que sirva como mediadora en la búsqueda de una solución definitiva a la problemática.