Desde cuando asuma su segundo mandato como presidente de Venezuela, el próximo jueves, Nicolás Maduro se va a enfrentar a una corriente de aislamiento económico y político mucho mayor que la que ya lo tiene marginado de buena parte de la comunidad internacional, luego de que el Grupo de Lima, conformado por 14 países de la región, desconoció este viernes la legitimidad de su poder. Solo uno de sus miembros (México) no compartió la decisión del Grupo.
Los países más importantes de la región, que se reunieron este viernes en la capital peruana, no solo le pidieron a Maduro “no asumir la Presidencia” este 10 de enero, sino que se pusieron de acuerdo para adoptar sanciones que poco a poco dejarán al régimen de Maduro mucho más aislado y con menos posibilidades de atender las necesidades de su población.
Varios países del Grupo ya han calificado este régimen como una “dictadura”, pero le pidieron que “respete las atribuciones de la Asamblea Nacional y le transfiera, en forma provisional, el poder ejecutivo hasta que se realicen nuevas elecciones presidenciales democráticas”.
Para los países firmantes es claro que en Venezuela se ha producido una “ruptura del orden constitucional” y “solo a través del pleno restablecimiento, lo más pronto posible, de la democracia y el respeto de los derechos humanos se podrán atender las causas de la crisis política, económica, social y humanitaria que atraviesa ese país”.
“Es un gran paso colectivo, con el fin de crear condiciones que permitan que el hermano pueblo de Venezuela pueda vivir nuevamente en democracia y libertad”: Canciller @carlosholmestru sobre declaración del Grupo de Lima
Pero los países signatarios del Grupo no se quedaron esta vez en la retórica. Sus cancilleres acordaron el inicio de una nueva etapa que contempla sanciones económicas y políticas.
Una primera decisión advierte que los firmantes de la declaración van a “revaluar el estado o nivel de sus relaciones diplomáticas con Venezuela”. Muchos de estos gobiernos, como es el caso de Colombia, ya no tienen embajador en Caracas y podría darse el caso de que sus representaciones diplomáticas queden reducidas a solo un encargado de negocios.
En ningún momento se habló específicamente de ruptura colectiva de relaciones diplomáticas, como se ha especulado en algunas fuentes.
A partir de ahora estos países van a impedir la entrada de funcionarios del régimen venezolano a sus territorios. Y van a elaborar listas de personas naturales y jurídicas con las que las entidades financieras y bancarias de cada país “no deberán” tener operaciones.
Estas personas no tendrán acceso a los sistemas financieros de los países firmantes y, “de ser necesario”, congelarán sus fondos y otros activos o recursos. Son hasta ahora las medidas más radicales que esta agrupación ha tomado desde su creación, en agosto del 2017, para aislar políticamente el régimen de Maduro.
Uno de los hechos más singulares alrededor de las decisiones de este viernes en Lima fue la negativa de México a firmar el documento. Fue la primera sesión del Grupo de Lima a la que acudió el canciller del nuevo gobierno de Manuel López Obrador. El anterior gobierno mexicano siempre apoyó las decisiones contra Maduro.
Se presumía que el nuevo jefe de Estado mexicano, de tendencia de izquierda, sería solidario con Maduro, a quien invitó a su posesión como mandatario a comienzos de diciembre pasado.
Aunque Estados Unidos no forma parte de este bloque que busca aislar políticamente a Maduro, sí fue muy significativo que su secretario de Estado, Mike Pompeo, estuvo en Colombia dos días antes de la cumbre de Lima y habló con el presidente Iván Duque del tema.
Maduro ha denunciado de manera sistemática que Colombia, con Duque a la cabeza, formaría parte de una alianza con Washington para sacarlo del poder por la fuerza.
Duque, en cambio, ha dicho que seguirá trabajando para aislar a Maduro políticamente y llevarlo a la convocatoria de nuevas elecciones para que los venezolanos elijan libremente a sus gobernantes.
El canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, dijo que ha sido un “gran paso colectivo del Grupo de Lima, tal como lo había anunciado el propio Presidente de la República con el fin de crear condiciones que permitan que el hermano pueblo de Venezuela pueda vivir nuevamente en democracia y libertad”.