Jonathan Stevens disfrutaba de un día de playa con sus hijos, de 10, 11 y 12 años, cuando de repente la marea empezó a subir, en Barmouth, Gales del Norte, informa Pulzo.
El hombre, de 36 años, nadó con todas sus fuerzas para tratar de llevar a los niños a un lugar seguro, pero a lo último se quedó sin fuerzas y se ahogó, agrega el portal Daily Post.
Laura Burford, esposa de la víctima, aseguró en un comunicado —conocido por el diario británico— que su marido murió como un héroe:
“Sus siete hermosos hijos han perdido a su padre. Murió salvando la vida de sus hijos en el mar. No hay palabras para describir el dolor. Siempre le agradeceré por traer de vuelta a nuestros bebés”
Lauren Stevens, de 11 años, le contó a Daily Mail que al ver en problemas a su papá, ella y sus hermanos les avisaron a unos socorristas, quienes de inmediato fueron en su rescate y le dieron reanimación cardiopulmonar.
En ese momento, según su testimonio al rotativo británico, Jonathan hizo un último esfuerzo para comprobar que ella y los demás estaban bien:
“Creo que papá usó su última fuerza para abrir los ojos y sonreírnos. Cuando vio que estábamos bien, supo que podía irse y morir feliz”.