Autoridades de los pueblos Kogui y Arhuaco realizaron un acto sagrado para que el rector Pablo Vera y la Universidad desarrollen sus acciones los próximos cuatro años en un ambiente de prosperidad y en unión con las comunidades indígenas.
En la noche en que Pablo Vera Salazar asumió como rector de la Universidad del Magdalena para el periodo 2024-2028, la energía de la cultura Tayrona y la conexión con la naturaleza se sintió con más fuerza en todos los rincones del campus.
Las autoridades tradicionales de los pueblos Kogui y Arhuaco bajaron desde sus resguardos, ubicados en la Sierra Nevada de Santa Marta, y en un ritual le dieron la bendición y lo encomendaron ante la Madre Tierra para que guíe sus pasos como rector en el nuevo cuatrienio de administración universitaria.
Marcado por el respeto hacia las fuerzas espirituales de los hermanos mayores, los asistentes al trascendental acto observaron expectantes la ceremonia.
El mamo kogui Pedro Gil Sauna y los líderes de la etnia Gabriel Gil Dingula y Virgilio Gil colocaron en las muñecas de las manos del rector dos manillas de algodón, como símbolo de armonía y de la unión del saber ancestral con el conocimiento científico.
Posterior al acto de aseguranza por parte de los koguis, el mamo arhuaco Camilo Izquierdo, el gobernador Luis Salcedo Zalabata y las autoridades Onasis Izquierdo y Rosa Margarita Villafaña, entregaron al rector Pablo Vera el bastón de mando sagrado o ‘Kankawu’, símbolo de autoridad y liderazgo en la comunidad, que contiene el poder, la sabiduría de los antepasados y los espíritus de la naturaleza.
Este elemento, el alto ejecutivo universitario debe regresarlo a los mamos cuando termine su gobierno en el año 2028.
Al rector, quien estuvo acompañado de su esposa Julieth Tapia, también se le fue obsequiada una mochila que representa el trabajo, la sabiduría y esfuerzo artesanal de las mujeres arhuacas, oficio este que ha sido muy valorado y apoyado por él en sus dos periodos de mandato anteriores.
Rector agradecido y comprometido con las comunidades indígenas
El momento donde se ratificó esa hermandad entre la Alma Mater con las comunidades aborígenes concluyó con un aplauso colectivo y el respeto del rector Pablo Vera Salazar al asumir su cargo con un compromiso renovado hacia los pueblos indígenas, con la universidad misma y con la naturaleza.
“Nuestro compromiso es tener tres sedes en el territorio y la primera será en Katansama”, dijo el rector.
Agregó que “el bastón significa nuestra independencia académica, esa que apropia lo mejor de la sabiduría ancestral y el conocimiento científico”. “Les aseguro que vamos a expandir este modelo intercultural que requiere Latinoamérica en las universidades, donde siempre se reconozca lo mejor de nuestras comunidades indígenas”, puntualizó el rector Vera Salazar.
“Estos cuatro años serán mejores para la educación de nuestros jóvenes”: autoridades indígenas
Los koguis y arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta expresaron todo su apoyo al rector, augurando que estos años venideros se desarrollen en un ambiente de prosperidad y agradecieron por haber creado la Licenciatura en Etnoeducación, un programa incluyente e innovador.
“Esperamos que estos cuatro años más puedan seguir apoyándonos y que más jóvenes de la Sierra Nevada sigan teniendo oportunidad de acceder a la educación”, exclamó en su lengua ‘kaggabba’ el mamo Pedro Gil al rector Vera.
El gobernador arhuaco Luis Salcedo Zarabata afirmó que estos cuatro años serán mejores para la educación de los jóvenes y con certeza manifestó: “En estos 500 años que cumple Santa Marta, uniremos todos los esfuerzos para que la sabiduría ancestral y la educación que ofrece la Universidad nos permita ser protectores de la naturaleza”, mencionó.
“Confiamos que usted va entregarnos una educación donde todos podamos cuidar la Madre Tierra, esa que es vida para nuestras futuras generaciones”, concluyó.