Pese a que al mercenario samario le prometieron un jugoso sueldo que cambiaría su vida, la familia no ha visto un peso y clama la ayuda de la comunidad para poder repatriar su cuerpo y darle cristiana sepultura.
Ya han pasado más de 15 días desde que la familia Martínez Santos, residente en el barrio Timayuí de Santa Marta, recibió la trágica noticia de la muerte de su ser querido, Jhonatan Andrés Martínez a quien conocía cariñosamente como ‘Ostin’, el cual perdió la vida a manos de tropas rusas mientras realizaba una operación militar en Ucrania, país al que viajó en busca de una mejor vida alistándose al ejercito ucraniano y tomar partido en la guerra que libran con Rusia.
Pero pese al sueño de entrar al ejército ucraniano y recibir un sueldo aproximado de $4 mil dólares mensuales, hoy la familia de ‘Ostin’ no tiene como repatriar su cuerpo y tampoco ha recibido la ayuda de la cancillería colombiana y mucho menos de Ucrania, país por el que dio la vida.
Reúnen recursos
Desesperados porque pasan los días y no reciben respuestas, familiares y vecinos de ‘Ostin’ reúnen recursos a través de bingos, rifas y otras actividades para poder repatriar su cuerpo y darle cristiana sepultura en esta ciudad.
¿Fue por el sueño o por dinero?
Aunque la mayoría de mercenarios latinoamericanos que han tomado partido de esta guerra de un lado u otro, han manifestado que lo hacen por los altos sueldos que pagan ambos ejércitos, la familia de ‘Ostin’ señala que este lo hizo por un sueño, el cual era trabajar para el ejército ucraniano y colaborarle así al presidente Volodimir Zelenski y su gente.
Esta versión parece ser cierta, pues la mayoría de mercenarios reciben un sueldo de $4 mil dólares, además tienen derecho a hasta 28.660 dólares si resultan heridos, dependiendo de la gravedad de las lesiones y si mueren en combate, sus familias recibirían una compensación de 400.000 dólares; dinero que hasta el momento la familia Martínez Santos no ha visto.
