La Asamblea Legislativa de Bolivia fue convocada a sesionar en la tarde del martes para elegir al sucesor de Evo Morales, quien renunció acorralado por las protestas sociales tras las polémicas elecciones que la oposición denunció como fraudulentas.
La senadora opositora Jeanine Añez, que asumirá la presidencia del Senado, dijo que fueron convocados los legisladores para aprobar la carta de renuncia de Morales y “definir la sucesión”.
“El país vive momentos dramáticos y todos los parlamentarios tenemos la obligación de dar certezas”, dijo Añez en rueda de prensa ante las dudas sobre la llegada al Parlamento de los legisladores del partido de Morales -el Movimiento al Socialismo (MAS)- debido a la inseguridad en la ciudad por las protestas. El MAS es el partido mayoritario en la Asamblea.
La tensión se redujo el martes tras la violencia de la víspera en varias ciudades, pero las movilizaciones seguían activas a la espera de la elección del sucesor de Morales.
Bolivia vive un vacío de poder desde el domingo en la tarde cuando, tras más de 13 años en el poder, Morales dimitió acorralado por las protestas luego de los polémicos comicios del 20 de octubre de los que adjudicó la victoria. El exmandatario tenía previsto llegar el martes a México, que le concederá asilo.
“Ha sido una noche de miedo. No pude dormir, me pasé rezando”, dijo a The Associated Press Yorka López, un ama de casa que salió temprano para repartir café caliente entre sus vecinos en la calle, en su mayoría jóvenes.
“La policía fue rebasada”, dijo la víspera el comandante general de esa fuerza, Yuri Calderón. Ante la situación el ejército fue llamado a ayudar a restablecer el orden público.
“Vamos a ayudar a controlar a estos grupos vandálicos violentos que están sembrando terror en la población”, dijo la víspera el jefe de las fuerzas armadas, William Kalimán.
Las protestas estallaron hace 20 días luego de acusaciones de fraude electoral a favor de Morales, que buscaba su reelección para un cuarto mandato.
El informe de una auditoría electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) encontró irregularidades, cuestionó la mayoría reclamada por el dirigente y recomendó nuevos comicios, lo que desencadenó los hechos que precipitaron la dimisión del mandatario.
Morales acusó a los opositores de haber consumado un golpe de Estado en su contra mientras éstos afirmaron que se trató de un movimiento social que se alzó en contra del fraude.