Las carreteras por las que discurre el Tour de Francia suelen estar tatuadas con nombres de ciclistas o algún que otro dibujo para animar un poco el asfalto.
Siempre ha sido así. Es una tradición que corre a cargo de los aficionados, horas antes de que los corredores pasen por allí. Aunque ahora hay una novedad. A algunos les ha dado por pintar penes a gran tamaño.
Un curioso entretenimiento que, obviamente, no gusta nada a los organizadores de la ronda francesa. Así que, como desvelaba el canal holandés ‘NOS’ en un reportaje, el Tour ha contratado operarios para que esos penes pasen desapercibidos.
Su cometido, más que borrarlos, es camuflarlos con otro dibujo, a partir de esas formas ya estampadas en el suelo. En el vídeo, por ejemplo, se las apañan para hacer un búho.
Cada mañana, con un cubo de pintura, un par de rodillos y una furgoneta, cuidan de que todo esté en orden y, sobre todo, de que cuando la señal de la televisión transmita al mundo la carrera ciclista más famosa del mundo, no haya penes en la pantalla.
Por este motivo, varios operarios realizan el trayecto antes de cada etapa para disimular las pintadas.