Les pidió a los samarios cuidar diligentemente la semilla del evangelio sembrada y ser más humildes.
En medio del ambiente santo e histórico de la Catedral Basílica Menor de Santa Marta, Monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval – Obispo de Santa Marta, envió un mensaje de reflexión a los feligreses, sobre fragilidad humana que ha dejado ver la pandemia.
“Desde San Mateo 13, 24 – 43, dejó claro que, “dicha fragilidad deja ver la limitación, la debilidad, la indefensión, la incapacidad e impotencia para afrontar la adversidad que supera nuestras previsiones y capacidades”.
Así mismo, hizo un llamado a los samarios a ser más “humildes, menos prepotentes y arrogantes, a dejar de creernos menos dioses y más creaturas”.
según Monseñor, cada uno está en capacidad de aportar a un mundo nuevo, entrando en sintonía con Dios. Según esto, es importante revitalizar la vida comunitaria fortalecer la responsabilidad social y la solidaridad.
Monseñor hizo un paralelo entre lo biológico y lo social, y dijo “se habla de aplanar la curva de contagios por el coronavirus. Igualmente es necesario aplanar la curva de la pobreza, de la carencia, de las desigualdades sociales, de la inequidad, discriminación, polarización, indiferencia, del daño ambiental causado por la ambición en el uso de los recursos naturales”.
Añadió que “es urgente repensar el modelo de desarrollo para hablar de una casa común y de una sola familia, como nos decía el Papa, para que viajemos en la misma barca”.
Por último, como pastor del rebaño diocesano de Santa Marta, pidió a sus ovejas cuidar diligentemente la semilla del Evangelio sembrada, protegerla de la mala hierba que trata de ahogarla, de tal manera que se conserve como una buena espiga de trigo, para ser fermento en el mundo a través de nuestras buenas obras, por más pequeñas e insignificantes que ellas sean.