El presidente de la República, Iván Duque, mantendrá su política de entendimiento institucional con el Congreso y los partidos. No habrá ningún tipo de apertura a la llamada ‘mermelada’, así algunos sectores políticos y parlamentarios consideren que la política que el mandatario está aplicando debería tener cierta flexibilidad para atender aspiraciones regionales.
La notificación la hace el propio Jefe de Estado en la siguiente entrevista. Por otra parte, admite que en reformas de la justicia como la que presentó y se negó, no se debe insistir y expresa que la lección que recibió es que las modificaciones se concentren en mejorar el servicio de justicia y así lo hará. El Presidente define su hoja de ruta para el año que comienza.
Son tres grandes objetivos. Poner en marcha la reactivación económica para tener mayor crecimiento, mayor inversión, mayor generación de empleo, mayor emprendimiento. Avanzar en la agenda de equidad en materia de educación, salud, vivienda, infraestructura y desarrollo rural. Desde luego lograr esta agenda supone que sigamos produciendo resultados en materia de seguridad y legalidad.
¿Qué es lo que usted llama siempre ‘equidad’?
No es otra cosa que más y mejores oportunidades para todos. El Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad, será nuestra hoja de ruta.
¿Qué balance hace usted de su gestión en los primeros cinco meses de gobierno?
El 7 de agosto recibimos un país lleno de problemas. Crecimiento exponencial de los cultivos ilícitos en los últimos años, proyectos de infraestructura en el congelador, 44 por ciento de los hospitales públicos en riesgo financiero, un presupuesto desfinanciado en 14 billones, criminales como ‘Guacho’ aterrorizando regiones enteras, empresas desmotivadas por la asfixia tributaria y crecimiento en muchos delitos. No llegamos a quejarnos sino a corregir problemas del pasado, para construir un mejor futuro. A trabajar con toda la energía.
En cinco meses pusimos en marcha un plan de choque en materia de seguridad que detuvo la tendencia creciente de muchos delitos. ‘Guacho’ y otros cabecillas han sido capturados o abatidos en confrontaciones con la Fuerza Pública; sacamos adelante una reforma que busca reactivar la economía aliviando la carga a los que generan empleo, protegimos el gasto social, logramos el mayor aumento real del salario mínimo en más de dos décadas, empezamos a destrabar proyectos de infraestructura; eliminamos, racionalizamos y digitalizamos más de 100 trámites; abrimos una solución estructural para Electricaribe, lanzamos y pusimos en marcha grandes iniciativas sociales en vivienda, agricultura y salud.
¿Las reuniones que usted sostendrá en enero con cada uno de los partidos significan un cambio en su sistema de gobierno en el sentido de que consultará su agenda de gobierno con los partidos?
Vamos a invitar a los partidos, a los gremios, a los gobiernos locales, a la sociedad para que construyamos el Plan de Desarrollo: Pacto por Colombia y por la Equidad.
Que reduzcamos sustancialmente la pobreza con una economía que crezca y genere empleos formales en todo el territorio.
¿El recorte que se aplicó a la ley de financiamiento, la no aprobación del eje de la reforma política, como era la eliminación del voto preferente, el no a la reforma de la justicia no son indicativos de que debería revisar su política con el Congreso?
Hay muchas voces que pretenden construir sus propios hechos, cuando la evidencia muestra otra cosa. Con un nuevo relacionamiento institucional logramos con el Congreso sacar adelante una reforma de reactivación económica que permite más inversión, más generación de empleo y más emprendimiento, sacamos adelante un presupuesto general con los mayores recursos históricos para salud y educación; logramos la aprobación de un presupuesto de regalías que introduce muchas innovaciones como los esquemas de obras por regalías; nos aprobaron una ley de orden público que da vida a las zonas de intervención especial; aprobaron la ley que fortalece la Superintendencia de Salud y rescatamos el tratado constitutivo de la Ocde.
Pero, la reforma política fracasó a medias…
Es cierto que algunos proyectos no avanzaron, pero se aprobó una agenda con un nuevo entendimiento institucional; ese es un importante avance. La reforma política se aprobó en primera ronda, con el límite de no más de tres periodos en las corporaciones de elección popular, la no conexidad hacia el futuro del narcotráfico y el secuestro con el delito político, y la obligación de hacer públicas las declaraciones de renta de los altos funcionarios.
Pero la reforma de la justicia se cayó… Una de las propuestas que precipitó el hundimiento de esa reforma fue la modificación que el proyecto incluía a la tutela. ¿Usted insistirá en esa reforma?
En los últimos años se han hundido todas las reformas de la justicia y eso nos debe invitar a la reflexión. Tal vez la lección es que la reforma, más que en las estructuras institucionales contenidas en la Constitución, se concentre en mejorar el servicio de justicia al ciudadano optimizando la selección de talento, fortaleciendo las primeras y las segundas instancias, creando el precedente judicial