Varias semanas después de un rimbombante evento en el que el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez llegó hasta Taganga a entregar la obra física del centro salud, las puertas aun no se abren para el público.
Lo mismo sucede en La Paz, donde son ya meses con la obra física pero como dice la comunidad, “si no lo abren es la misma vaina”.
Lo peor es que hay procesos penales por la construcción irregular de dichos puestos de salud y hoy un aguacero deja en evidencia la situación, luego que el techo en Bastidas, el único hasta ahora inaugurado, se viniera al piso.
Mientras que la comunidad de Taganga, debe vivir con una cría de gatos en el centro de salud temporal; en La Paz no hay donde se atienda a la comunidad y en Bastidas se cayó el techo; ni la Alcaldía de Santa Marta, ni la ESE Alejandro Próspero Revered, dan respuesta a la situación.
POR EL LADO DE LA ALCALDÍA
En varios documentos, plazas públicas y otros escenarios, desde la Alcaldía de Rafael Martínez se ha dicho que entregaron la obra física de La Paz, Taganga y ya un centro de salud terminado en Bastidas, sin emabrgo la obligación es de la ESE de ponerlos a funcionar.
El tema es que no se sabe cuándo se hará la entrega formal, pues ni siquiera a las reuniones de junta directiva asiste el gerente Omar Suarez Prasca.
La situación se agudizó tanto que ya desde el Distrito se han puesto las respectivas querellas a la Procuraduría General de la Nación, para que intervenga la situación.
Con esto está demostrado, que el Alcalde de Santa Marta, a pesar de ser el Presidente de la junta directiva de la Empresa Social del Estado, no tiene injerencia jerárquica en Suárez Prasca y es donde aparecería nuevamente el misterioso y presunto dueño de las bolsas de empleo en la entidad.
EN LA ESE NO HABLAN, ¡NO DICEN NADA!
Nada: en eso se resumen las apariciones de Omar Suarez Prasca para responder por inicialmente, los presuntos actos de corrupción por los que junto a Carlos Caicedo y Rafael Martínez es investigado; pero tampoco hay ninguna declaración oficial sobre los centros de salud que para los habitantes de La Paz y Taganga, “están bonitos pero si no los abren, no nos sirven”.