Para las autoridades es un balance positivo que el 2020 haya cerrado con solo 1 homicidio de diferencia en comparación del 2019; un resultado irrisorio teniendo en cuenta que durante 9 meses la ciudadanía estuvo confinada.
Cuando en Colombia iniciaron los confinamientos por Covid-19 y la comunidad samaria se aislaba para resguardarse del virus, los delincuentes salieron a matar e hicieron de las suyas. Solo 1 homicidio diferencia el balance del 2019 y el 2020 en Santa Marta.
En el 2019 hubo 127 homicidios y en el 2020 126, hubo una disminución de muertes violentas solo del 1 por ciento y es visto como un balance positivo cuando durante nueve meses los ciudadanos estuvieron encerrados.
“En todos los indicadores de gestión quedamos en verde, quiere decir que cuando se hace el análisis en semaforización uno se compara con el año inmediatamente anterior y hay unas metas que establece el Ministerio de Defensa para la reducción de delitos. El homicidio quedó en menos 1 caso frente al año 2019 comparado con el 2020”, manifestó Sandra Vallejos, secretaria de Seguridad del Distrito.
Incluso, pese a que la circulación de vehículos era menor por la pandemia solo un 6 por ciento se redujo el sicariato en el Distrito en comparación al 2019 donde se materializaron 93 casos y en el 2020 87 hechos.
Además, en asesinatos con arma blanca se registró un aumento, debido a que en el 2019 se presentaron 16 casos de homicidio en modalidad de riña y en el 2020 19.
Es decir, en Santa Marta teniendo en cuenta la tasa de homicidio por cada 100 mil habitantes para el 2020 fue de 24 homicidios por cada cien mil habitantes, 1 punto por debajo con respecto al año 2019, el cual cerró con una tasa de 25.
Una reducción irrisoria teniendo en cuenta los estrictos controles de toque de queda, pico y cédula y no aglomeraciones que se vivió en la ciudad, y pese a eso para la seguridad distrital son noticias positivas.
En los 20 días que lleva el 2021 se han presentado tres asesinatos y los hurtos continúan en aumento, tanto así, que se ha vuelto común que los ciudadanos se tomen la justicia por mano propia, como muestra de los cansados que están de la poca reacción de las autoridades.