La mujer se interpuso entre su hijo y el arma de un sicario. Iba a celebrar sus 37 años rodeada de su familia, pero el crimen se le adelantó antes de tiempo.
En la noche previa a lo que sería su primer festejo de cumpleaños, Ana Milena Barón Martínez fue asesinada de un disparo en el pecho, luego de interponerse entre su hijo y un sicario armado que lo tenía en la mira. El hecho ocurrió en el barrio La Esmeralda, en el suroccidente de Barranquilla.
Ana Milena tenía 36 años y estaba a pocas horas de cumplir los 37. Su familia había preparado con esmero una celebración sorpresa, sencilla pero llena de amor, para homenajearla por primera vez en su vida. “Nunca le habíamos hecho una fiesta. Íbamos a compartir en mi casa con sus hijos, mi tía, mis hermanas… algo íntimo, pero especial”, relató entre lágrimas María Elena Barón, prima de la víctima.
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El plan era llevarla a la casa de su prima con la excusa de una aplicación de inyección. Al llegar, la esperarían sus seres queridos con una torta y un espacio de alegría. Pero la vida les cambió trágicamente la noche anterior.
De acuerdo con los relatos de testigos y familiares, Ana Milena había salido un momento de su casa cuando fue alcanzada por uno de sus hijos. Juntos caminaban de regreso cuando dos hombres en motocicleta los interceptaron y uno de ellos, armado con una escopeta, apuntó al adolescente.
“Mi hija se dio cuenta de que iban a dispararle a su hijo y sin pensarlo, se atravesó. Recibió el impacto en el pecho. Cayó allí mismo”, contó Víctor Barón, padre de la víctima, quien añadió que el presunto responsable sería un joven del mismo sector, cuya identidad ya estaría en conocimiento de las autoridades.
Ana Milena, madre cabeza de hogar, trabajaba como empleada doméstica para sacar adelante a sus dos hijos, de 17 y 19 años.
“Milena murió como vivió: luchando por sus hijos. No merecía ese final”, expresó su padre con dolor.
