El crimen ocurrió en la tarde del jueves en un sector de difícil acceso de la Sierra Nevada de Santa Marta. La víctima, de 25 años y presuntamente en estado de embarazo, murió tras recibir un disparo con escopeta. Su hija de cinco años presenció el hecho.
La violencia irrumpió sin aviso en la Sierra Nevada de Santa Marta. A las 5:00 de la tarde del jueves 11 de diciembre, en un sector rural y de difícil acceso del municipio de Pueblo Bello, Cesar, fue asesinada Bunkwaney Neymaya Arroyo Crespo, una mujer indígena del pueblo arhuaco, en hechos que hoy son materia de investigación por parte de las autoridades.
De acuerdo con los primeros reportes, la víctima recibió un disparo en el tórax con una escopeta, presuntamente accionada por su compañero sentimental. El impacto fue letal y le causó la muerte de manera inmediata. La escena estuvo marcada por un hecho aún más doloroso: la hija de la mujer, una niña de apenas cinco años, presenció el homicidio.
Bunkwaney tenía 25 años, era madre de dos menores y, según información preliminar, se encontraba en estado de embarazo. Tras su muerte, sus hijos quedaron en condición de orfandad en una región donde la violencia contra la mujer sigue siendo una problemática persistente y silenciosa, especialmente en zonas rurales e indígenas.
Presunto agresor habría estado bajo los efectos del alcohol
Las primeras informaciones indican que el presunto agresor se encontraba bajo los efectos del alcohol al momento de cometer el crimen. Luego de los hechos, fue retenido por la guardia indígena, que asumió su custodia inicial mientras se activaban los protocolos correspondientes y se notificaba a las autoridades competentes.
El levantamiento del cuerpo se realizó el sábado 12 de diciembre, en un trabajo articulado entre autoridades indígenas y autoridades ordinarias. Posteriormente, el cadáver fue trasladado a Medicina Legal, donde se adelantan los procedimientos forenses que permitirán avanzar en el esclarecimiento total del caso.
En cuanto a los menores, las autoridades informaron que se activó el proceso de restablecimiento de derechos. “Los niños se encuentran bajo vigilancia tanto espiritual como institucional”, señalaron voceros locales, quienes confirmaron que se están aplicando las rutas de atención para garantizar su protección integral.


