A las 7:30 de la mañana del viernes, en plena carrera 3 con calle 27A del barrio San Mateo, en Soacha (Cundinamarca), fue asesinada Liyela Malaver, una joven de 22 años, madre de un niño de seis y embarazada de siete meses.
Testigos aseguran que fue atacada por dos sicarios que le dispararon a quemarropa frente a decenas de personas. La trasladaron al Hospital Cardiovascular, donde los médicos confirmaron su muerte cerebral. Su bebé tampoco sobrevivió, pese a los esfuerzos en la Clínica Avidanti.
Según vecinos y familiares, el crimen fue cometido por negarse a pagar una extorsión diaria impuesta por grupos ilegales que controlan el transporte informal en la zona, en su mayoría conformados por extranjeros.
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Liyela sobrevivía vendiendo tintos y colaborando con conductores de transporte no regulado.
El alcalde de Soacha, Julián Sánchez Perico Jr., calificó el homicidio como “atroz” y exigió acciones inmediatas a la Fiscalía y la Policía. Confirmó que las autoridades siguen una línea de investigación que apunta a redes de extorsión lideradas por ciudadanos extranjeros.
