Un trabajador de mantenimiento vio cuando Margaret Kinsella, de 43 años, se encerró con su mascota en el baño de su vivienda, ubicada en Florida, EE. UU.
El hombre, que en ese momento arreglaba el aire acondicionado de Margaret, le contó a la policía que de un momento a otro él empezó a escuchar fuertes chillidos provenientes del baño.
Ante esa situación, el empleado abrió la puerta y le preguntó a la mujer si necesitaba ayuda con el perro, pero ella respondió que no, minutos después el sujeto encontró al animal ahogado.
Al ser detenida, Margaret confesó que había ahogado a su perro porque “ladraba todo el tiempo y la mordía”.
Las autoridades manifestaron que la mujer había estado enfrentando varias situaciones difíciles, como la muerte de su esposo y de su papá en el último año, y que ella se había desquitado con el canino.
De acuerdo con el mismo medio, la mujer fue acusada de crueldad animal agravada y, al parecer, será juzgada bajo la Ley Baker, que gira alrededor de personas con problemas mentales.