Líderes, vecinos y miembros de pueblos indígenas de las más de 40 veredas que hacen parte de las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta, rompieron la cuarentena para salir a la Troncal del Caribe a llorar un difunto: la salud.
Con un ataúd y hasta la coreografía de “los africanos”, en esta ocasión protagonizada por los indígenas de la zona, los manifestantes exigieron por sus derechos a ser atendidos en salud, además de un acompañamiento del estado en programas sociales, educativos y hasta de empleo.
Un componente de la manifestación, fue el llanto de las viudas y desprotegidos por el estado en una zona que por años fue azotada por la violencia y que hoy en día pierden la guerra contra la falta de salud.
Los vecinos de Guachaca y todo el corredor vial de la Troncal del Caribe, jurisdicción de Santa Marta, rompieron en aislamiento para hacerse sentir en contra del abandono gubernamental, un mal que dicen, parece haber atentado sin piedad contra el bienestar de la comunidad.
Aseguran que se encuentran en las peores condiciones de infraestructura y atención médica.
En uno de los sectores afectados, Puerto Nuevo, los dirigentes aseguran que hasta la fecha el gobierno no ha socializado las pautas para la construcción de la Policlínica en el corregimiento, a pesar del presupuesto que existe y las maquetas adelantadas para la ejecución de la obra.
“Estamos mamaos de este olvido, acá nos morimos y a nadie le importa, ya estamos cansados de los abusos. Queremos un puesto de salud para trasladar a las personas que se enfermen”, aseguró Carlos Gómez, uno de los vecinos protestantes.
Los manifestantes dicen que actualmente el abandono del lugar es deplorable, y que el gobierno no ha cumplido con la construcción de la Policlínica, lo que ha generado una crisis porque ninguno de los habitantes en esta zona de la Sierra Nevada tiene a dónde acudir para solicitar servicios médicos.
Actualmente son 48 veredas y más 25 mil habitantes asentados en esta zona que están resultando afectados a raíz del hambre, a quienes no ha llegado tampoco ningún tipo de ayuda alimentaria que les permita abastecerse.
Asimismo, a la lista de las problemáticas que enfrenta la comunidad Guachaca, se suma la falta de educación y el desempleo, teniendo en cuenta que a pesar que la mayoría de pobladores viven del sustento diario, muchos hoy no pueden laborar, debido a las restricciones decretadas por el Gobierno Nacional.
TIENEN HAMBRE Y ESTÁN INSEGUROS
Pero toda guerra trae daños colaterales, de eso están seguros y reconocen estar viviendo los vecinos de las veredas que hacen parte de este sector de la región; hoy la falta de oportunidades laborales, el confinamiento, ha desmejorado la calidad de vida de los ciudadanos que no tienen como sustentar sus hogares.
Tener que quedarse en casa obliga a abandonar sus labores diarias y eso genera perjuicio para el bolsillo y la economía de estas comunidades, las cuales no han recibido ayuda por parte de los gobiernos tannto nacional, como departamental y distrital. Los vecinos de la Troncal del Caribe, piden que se les tenga en cuenta con ayudas y mercados solidarios.
Además, el hambre en algunas comunidades, está generado problemas sociales como la inseguridad en algunas propiedades, donde algunas personas denuncian haber sido víctimas de robos de animales como gallinas, pollos y otros, culpando más al abandono estatal que al “ladrón con hambre”.
Los vecinos piden que el estado envíe pronto refuerzos para esta guerra que ya cobra varias víctimas a causa del abandono del gobierno.