Un artefacto explosivo lanzado desde un dron impactó una vivienda en zona rural de Norte de Santander, marcando un nuevo episodio de violencia en el enfrentamiento entre el Eln y las disidencias de las Farc.
La violencia volvió a golpear al Catatumbo. Esta vez, un ataque con dron armado terminó con la vida de un menor de 12 años y dejó gravemente herida a su madre, en hechos ocurridos en una zona rural del municipio de Tibú, en Norte de Santander.
El hecho ha evidenciado el uso de nuevas y letales formas de guerra en un territorio históricamente golpeado por el conflicto armado.
Según información confirmada por las autoridades y organizaciones sociales de la región, el artefacto explosivo fue arrojado desde un dron que sobrevoló la comunidad, impactando directamente la humilde vivienda de la familia, destruyendo el techo y parte de las paredes.
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Las imágenes difundidas por la Asociación Campesina del Catatumbo muestran los estragos del ataque: escombros, techos colapsados y el dolor de una familia completamente fracturada.
El menor falleció en el lugar del impacto, mientras su madre fue trasladada de urgencia a un centro médico, donde permanece bajo pronóstico reservado.

El ataque se enmarca dentro de la creciente disputa territorial entre el Eln y las disidencias de las Farc, que mantienen en zozobra al Catatumbo. Organizaciones sociales reportan al menos 11 personas heridas en otros sectores del mismo municipio, como resultado de los enfrentamientos y bombardeos indiscriminados que se han intensificado en las últimas semanas.
A la tragedia se suma un agravante humanitario: según denuncias de líderes locales, los grupos armados han bloqueado el paso de misiones médicas y humanitarias, dificultando el rescate y atención de los heridos.
Frente a la gravedad de la situación, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció un reforzamiento militar en los puntos más críticos del departamento.
“Este cobarde ataque con drones fue dirigido contra una comunidad que ha intentado alejarse de los cultivos ilícitos. No permitiremos que el miedo siga gobernando al Catatumbo”, expresó durante su intervención ante medios nacionales.
El uso de drones armados marca una preocupante escalada en las tácticas de guerra utilizadas por los grupos ilegales, una tecnología que aumenta el riesgo para la población civil y dificulta la acción humanitaria.
