La comunidad indígena exige esclarecer lo ocurrido y pide intervención de las autoridades.
La tranquilidad del sector Perico Aguao, en la comunidad indígena de Katamzama, se vio sacudida el pasado jueves 17 de julio tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Erohina Crespo Mejía, una niña de apenas 10 años, quien había salido horas antes de su escuela con destino a casa.
El cuerpo fue encontrado alrededor de las 4:00 de la tarde al pie de un árbol, en circunstancias que aún no han sido esclarecidas, líderes comunitarios indicaron que el hallazgo generó una profunda conmoción entre los habitantes, pero lo más preocupante es que no se dio aviso inmediato a las autoridades judiciales.
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En medio del desconcierto y el dolor, los padres de la menor procedieron a sepultarla el mismo día, hacia las 6:00 de la tarde.
“Mi hija era alegre, no presentaba problemas, no entendemos qué pasó”, expresó su madre visiblemente afectada.
El caso ha despertado una oleada de preguntas sin respuestas en la comunidad, que hoy clama por claridad frente a lo sucedido. Los habitantes piden que se activen las rutas de investigación y se esclarezcan los hechos para que no quede impune la muerte de la menor.
Hasta el momento, las autoridades no se han pronunciado oficialmente, mientras crece la incertidumbre en Katamzama ante la falta de claridad sobre lo que realmente ocurrió con la menor.
