Douglas Enríquez Viña Paredes, de 21 años, asesinado de varios impactados de bala en horas de la tarde del martes en el barrio El Oasis, fue despedido por sus familiares y amigos; lo curioso fueron las melodías que sonaron en su marcha fúnebre.
Mientras corrían las horas de la tarde del miércoles, día en que iba a ser enterrado en un cementerio de la ciudad Douglas, muchos de los “valecitas” de Douglas se reunieron y junto a su familia dolida por la pérdida de un ser querido, acompañaron el cajón en el último adiós para el joven.
Douglas, un muchacho de 21 años, quizás con los mismos problemas sociales de muchos, pocas oportunidades y con la necesidad de sacar a su familia adelante, equivocadamente y con la dura consecuencia de perder su vida, la misma que se fue el martes.
El joven fue recordado con temas musicales como Mi Sangre de J Manny, en el que el valor de la familia está por encima de las armas y la delincuencia.
“Por mi hermano mato y muero porque sangre es sangre, meto las manos en el fuego y no me importa quemarme”, una arenga sacada de esa letra, que muchos no dejaban de cantar.
La victima de sicarios en el barrio El Oasis, era según el comandante de la Policía Metropolitana, Óscar Solarte, había estado en prisión.
Mientras el sol se hacía cada día más viejo y caía la tarde avisando que anochecería, las canciones no paraban de sonar y el reguetón de Don Omar sería más aliciente para las lágrimas de los que acompañaban el sepelio.
Bandolero, una canción que habla de la vida y, sobre todo, de armas y todo lo que rodea a un presunto criminal, despertó el llanto e hizo brotar las lágrimas de los presentes, como la lluvia que hace rato no se ve en Santa Marta.