El dimitente presidente Evo Morales llegó a Ciudad de México a las 11:10 de la mañana (12:10 de Colombia).
“Saludo al gobierno de México, a la Fuerza Aérea. Vengo con el vicepresidente Álvaro García Linera y la ministra de Salud”, señaló Morales a su llegada.
Y agregó: “Hace tres semana se inició el golpe militar. Junto con la Policía Nacional y el Ejército. Quemaron tribunales electorales, quemaron actas electorales, casas de nuestras autoridades, del Movimiento al Socialismo, quemaron la casa de mi hermana, saquearon mi casa. Los gobernadores y ministros no renunciaron porque quisieron, sino que los obligaron por la violencia y también a los dirigentes de nuestro movimiento”.
“Yo renuncié por eso. Por la violencia. México me salvó la vida. El 9 de noviembre, cuando llegaba al trópico de Cochabamba me mostraron un mensaje que decía que le dieran 50.000 dólares por mi vida. Quiero decirles a todos los trabajadores, ciudadanos, a mis amigos indígenas y de partido, los compañeros del trópico que me dieron seguridad que estoy con ellos”.
Morales afirmó también: “Mientras tenga la vida seguiremos en política y sigo en la lucha y estamos seguros de que los pueblos del mundo tienen el derecho de liberarse. De acabar con la opresión y la humillación, pero a la vez surgen otros grupos que no quieren a la patria. Todo esto será parte de las luchas sociales en el futuro”.
“Si algo de delito tengo que sindiquen a Evo. Si algo tenemos con el vicepresidente son programas sociales para los pobres para bajar la pobreza y la injusticia social”, aseguró el exmandatario en su discurso.
Y puntualizó: “Nuestro peor delito o pecado es que ideológicamente somos antiimperialistas. No por este golpe vamos a cambiar por trabajar por los humildes. Hemos bajado la pobreza extrema y hemos fortalecido la lucha de los pueblos. Muchas gracias hermano presidente mexicano, a su gobierno. Lo importante es tener la vida, y eso me permite estar al lado del gobierno boliviano”.
Tomado de El Tiempo