Samarios aseguran que cuando no es el agua, es la comida, pero ellos en sus casas no se pueden quedar.
Escenas de aglomeración en barrios y sectores de Santa Marta se han vuelto comunes, por un lado, por cuenta de la crisis de abastecimiento de agua potable por el que pasan algunas casas de la ciudad. Los samarios en plena cuarentena se debaten entre evitar el coronavirus o tomar un poco de agua aunque se exponiéndose al contagio.
Por otro lado, esta misma situación se ha repetido pero ahora con la repartición de las ayudas humanitarias que fundaciones y personal del Gobierno local o departamental están entregando a los beneficiarios de los auxilios prometidos para mitigar los efectos económicos de esta cuarentena.
En el día de hoy la escena se trasladó al norte de Santa Marta, un personal con folder y listas en mano, realizaban un censo de la población más necesitada. Esto movió a las personas que de inmediato formaron grandes grupos de personas buscando un espacio en el listado.
Estas personas no se identificaron, solo realizaron el proceso que le habían encomendado y por más que pidieron a las personas que respetaran los límites de proximidad, estos no hicieron caso.
“¡Qué más nos toca hacer! Pendejo el último. Ya nuestros hijos están pidiendo comida, nuestros maridos andan varados, ellos se rebuscan de las ventas por la calle. Estamos sin plata”, agregó Esther Díaz una de las censadas.