Soslenis Isabel Perea López se ha convertido en el mejor ejemplo de lo que es luchar por un sueño sin importar el tiempo y la dedicación que tome. Recientemente, a sus 53 años, esta ama de casa cumplió su meta de graduarse de la universidad y qué mejor forma de hacerlo que junto a su hija, María Camila Tarazona Perea, de 22 años.
Casi en otra vida queda la época en la que Perea López debió tomar decisiones que le rompieron el corazón pero que así mismo la hicieron más fuerte, como terminar un matrimonio abusivo o separarse de su hijo Martín, quien decidió unirse al ejército debido a la mala situación en casa, su actual esposo fue una torre fuerte para ella y su hija María Camila, sin la cual, explica, este logro académico hubiera sido imposible.
Media década e incontables sacrificios después de su llegada a esta Casa de Estudios Superiores, Soslenis Perea y María Camila Tarazona, lograron obtener su diploma profesional en educación básica con énfasis en informática y licenciatura en preescolar respectivamente.
En un maravilloso giro del destino, las grandes expectativas con las que ambas iniciaron su carrera fueron superadas por la realidad, ya que durante su formación académica madre e hija tuvieron la oportunidad de viajar a realizar sus prácticas profesionales a la Universidad de Barcelona, España y a la Fundación ‘Changuito Dios’ en la provincia de Salta – Argentina, respectivamente, a través de la Convocatoria Prácticas Globales de la Oficina de Relaciones Internacionales – ORI, de la Alma Mater.
La señora Soslenis comenta que lo más valioso que les brindó la universidad, fue afianzar su relación madre e hija y comprender que todo se puede cuando se tiene interés y dedicación.
“Son emociones encontradas, ya con mi edad y mis hijos grandes me dije: ya se me fue la oportunidad, pero no fue así, de manera que ha sido emotivo y muy fuerte para mí lograr un anhelo que tenía desde muy chica, gracias a la Universidad por haberme abierto sus puertas y tener la oportunidad de ser hoy una licenciada, el estar con mi hija todos los días compartiendo este proceso, yo los invito a que vengan aquí porque la Universidad se ha enfocado en ofrecer calidad y lo ha conseguido”.
Esta admirable cienaguera, quien tuvo que compaginar su labor como madre con trabajos temporales como el de ser docente de horas extras en la IED Nicolás Buenaventura – Sede Luis. R Calvo, se convirtió en la mayor inspiración de su hija María Camila, quien tomó la misma modalidad de trabajo de su madre en la mencionada Institución para cubrir ciertos gastos de su carrera.
La joven manifiesta que, a pesar de estar en el borde de renunciar muchas veces, fue su fe en Dios y la ayuda de personas que Él les mandó, lo que las impulsó a seguir adelante hasta llegar a la meta.
“No tengo palabras para describir todo lo que siento por este logro, la experiencia internacional que vivimos gracias a la Universidad sé que nos ayudará en nuestra vida laboral, todo ha sido muy duro, pero gracias a Dios lo logramos y aquí estamos compartiendo alegrías, compartiendo con la familia, con una madre extraordinaria que nos sacó adelante”.
La historia de estas dos mujeres, se ha convertido en un bello ejemplo de superación para todos aquellos que sueñan a diario con la posibilidad de un título profesional que los habilite para demostrar todas las capacidades con las que cuentan y alcanzar una vida mejor.