Sin grandes nombres, la batalla por el maillot rojo se anuncia muy incierta en la Vuelta a España 2019, que comienza el sábado en Torrevieja.
Los equipos Jumbo-Visma, con Primoz Roglic y Steven Kruijswijk, Movistar con el colombiano Nairo Quintana y Astana que lleva a Miguel Ángel ‘Supermán’ López y Jakob Fuglsang; parten como favoritos.
En su 74ª edición, la Vuelta no ha conseguido atraer a los grandes nombres que se dieron cita en las temporadas anteriores. No están Simon Yates, vigente campeón, Chris Froome, su predecesor, , ni el ecuatoriano Richard Carapaz, ganador del Giro de Italia este año y baja de última hora por una caída.
La menos prestigiosa y más descontrolada de las tres Grandes Vueltas, que da comienzo el sábado y llegará el próximo 15 de septiembre a Madrid, presenta una lista de candidatos menos larga de lo normal.
Esta Vuelta comienza precisamente con una ‘crono’ por equipos de 13,4 kilómetros en las salinas de Torrevieja, en la provincia de Alicante. En esta disciplina, el equipo holandés Jumbo-Visma voló en el pasado Tour de Francia en julio y parece en condiciones de vestir el primer maillot rojo de esta Vuelta.
“Pienso que Roglic es el más favorito, arrancarán como líderes prácticamente con la crono por equipos”, opinó Quintana, vencedor de la prueba en 2016.
Pero luego, ¿qué escenario deparará la carrera? ¿Quién tomará la iniciativa de controlar al pelotón? Luego de algún vencedor sorprendente en los últimos años (Chris Horner), la prueba española promete una nueva edición incierta.
ETAPAS TRAMPA
Como es habitual, los organizadores han preparado llegadas accidentadas (8 finales en alto), con pendientes escarpadas y etapas trampa.
La alta montaña promete espectáculo, con la ascensión final inédita al Observatorio Astrofísico de Javalambre, en la 5ª etapa, los terribles porcentajes del Alto Mas de la Costa (7ª etapa) o una jornada corta y nerviosa en Andorra con cuatro kilómetros del recorrido sin asfaltar justo antes de la subida final a Cortals d’Encamp (9ª).
El pelotón se adentrará en Francia para una jornada de descanso en Pau y una contrarreloj individual de 36,2 kilómetros bastante montañosa.
Pero las distancias que habrá en ese momento no serán muy sólidas, viendo lo que se avecina después: el aterrador Alto de Los Machucos y sus rampas que alcanzan el 28% de pendiente (13ª etapa), la subida al Santuario del Acebo (15ª) o el interminable Col de la Cubilla, de 20 kilómetros (16ª).
Y a pesar de ello, todo podría cambiar en la 20ª y penúltima etapa: cinco puertos, dos de ellos de primera categoría, y una subida final inédita a la Plataforma de Gredos, que determinará la clasificación final la víspera de la llegada a Madrid.