La irreverente familia amarilla, símbolo del canal Fox, cumple 30 años al aire, y la cadena ha confirmado al menos dos temporadas más. Los números son estratosféricos: más de 600 capítulos, 170 premios, 300 nominaciones y un ejército de seguidores distribuidos por todo el mundo.
‘Los Simpson’ son el resultado de un proceso que tiene más de un padre, escribe el periodista John Ortved en el libro ‘Simpsons Confidencial: la historia sin censura y totalmente no autorizada sobre la mejor serie de TV contada por la gente que la hizo’. En total tres: Matthew Abraham Groening, el dibujante de Portland (Oregón) cuyo cerebro los imaginó; James L. Brooks, un productor de cine y televisión de éxito que despuntaba a finales de los ochenta, y Sam Simon, un veterano guionista y productor, colega de Brooks.
En 1986, Groening firmaba unas tiras cómicas llamadas ‘Life in hell’ cuando Brooks le propuso convertirlas en un producto audiovisual corto para emitir antes de la pausa publicitaria de ‘The Tracey Ullman Show’. Groening no aceptó cuando se dio cuenta de que tendría que ceder los derechos a la cadena Fox.
Hay versiones discrepantes sobre lo que ocurrió después. Según el creador, la idea de ‘Los Simpson’ fue un recurso de última hora cuando Brooks le planteó la temida pregunta: “¿Qué más tienes?” A Groening se le ocurrió crear una familia. Y se inspiró en la suya: los nombres de los personajes son los de sus padres y hermanas, y el pueblo, Springfield, es el de la ciudad colindante con Portland en donde nació y creció. La serie se emitió en pequeñas píldoras desde 1987 a 1989. Fue entonces cuando Sam Simon llevó la serie a su formato actual de media hora.
Simon, que falleció en 2015, fue la fuerza que le dio el empujón definitivo hacia el éxito y es considerado por muchos como el verdadero arquitecto de la serie.
Por primera vez, en 1989, ‘Los Simpson’ se emitieron en ‘prime time’. Y la irreverencia, la universalidad y el humor negro de la familia amarilla caló en la audiencia.
UNIVERSO AMARILLO
Para Francisco José Gil Ruiz, doctor en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid (España), el éxito de la serie reside en varios factores. “Es un permanente retrato social a modo de crítica. Trata temas universales como el de la familia, el amor marital, el filial, la codicia, la corrupción política… Y se nutre de la cultura popular, adaptándose al imaginario de los espectadores”, señala.
Los directores de colegios e institutos de EE. UU. prohibieron las camisetas de Bart Simpson en las que se leía: “Fracasado y orgulloso de serlo”. La cara de Bart era vetada en centros educativos, mientras aparecía en las portadas de ‘Time’, ‘Newsweek’ y ‘Rolling Stone’.
La popularidad de la serie no solo crecía, sino que se consolidaba. La sociedad y ‘Los Simpson’ se retroalimentaban. Se estableció una especie de “diálogo” entre ambos que superó los límites de la televisión. En 1992, en la Convención Nacional Republicana, George Bush se comprometió a reforzar los valores tradicionales y prometió fomentar familias “mucho más como los Walton y mucho menos como ‘Los Simpson’ ”. Los Walton eran los protagonistas de una serie emitida a finales de la década de los setenta que luchaban por salir adelante durante la Gran Depresión y la II Guerra Mundial.
Tanto las apariciones estelares de personajes famosos como los residentes de Springfield fueron claves en ‘Los Simpson’. “Hay dos puntos fuertes transversales en la serie: el humor y el abanico de personajes secundarios, que son quienes enriquecen la vida de la familia principal. Sin ellos, la serie no habría podido ir más allá de unas pocas temporadas. Esa es la magia de la serie: el humor y el elenco poblacional. Lleva tanto tiempo divirtiendo que nos es un universo tan familiar como nuestro barrio”, añade Gil Ruiz.
Durante años, el humor subversivo y ácido de ‘Los Simpson’ no tuvo rival. La serie se mantenía año tras año en parrilla con buenos resultados. Hasta que llegó el nuevo milenio. ‘Los Simpson’ se desplomaron en audiencia: de 10 millones en los noventa a alrededor de siete a finales de la década del 2000.
El público comenzaba a acusar a la serie de pérdida de calidad. Ortved apunta al cambio del productor ejecutivo en la temporada ocho. “Los fans de la serie identifican esta primera etapa como la mejor”, dice.
En 2007, el propio Matt Groening hizo referencia a esta situación en una entrevista: “Siempre escuchas que el ‘show’ no es tan bueno como solía ser. La nostalgia nubla el pensamiento”.
Ese año, Fox lanzó ‘The Simpsons Movie’, con un gran despliegue promocional. Costó menos de 100 millones de dólares y recaudó 256 millones en taquilla. El saldo económico pareció satisfacer a sus responsables, pero la película no convenció a los seguidores que esperaban que Homero y su familia resurgieran en la gran pantalla como ave fénix.
A pesar de las acusaciones de pérdida de calidad y la fuga de espectadores, ‘Los Simpson’ continúan siendo la gallina de los huevos de oro de Fox y una de las familias favoritas de la televisión. De alguna manera, Homero, Marge, Bart, Lisa, Maggie y todos los vecinos de Springfield han formado parte de la vida de millones de personas de distintas edades y procedencia. Hay tantas razones para que ‘Los Simpson’ lleven 30 años al aire como espectadores que la han seguido.
Es un permanente retrato social a modo de crítica. Trata temas universales como el de la familia, el amor marital, el filial, la codicia, la corrupción política.
Los seis actores principales del doblaje han cobrado hasta 300.000 dólares por episodio. Al comienzo de la serie ganaban 4.000 dólares por capítulo.
En 1998, la revista ‘Time’ eligió a Bart como una de las “personas” más influyentes del siglo XX.
La serie posee un récord Guinness: es la que más estrellas invitadas ha tenido: 600.
El sonido que la hija menor de Homero, Maggie, hace con su chupo lo grabó el mismo Matt Groening con su boca.
El color amarillo de los personajes, según el director, se escogió para captar la atención de los televidentes que cambiaban constantemente de canal.
El cabello de Homero es la inicial del nombre del creador de la familia Simpson, Matt Groening.
Dios y el propio Groening son los únicos personajes que han sido vistos en la serie con cinco dedos en las manos. Los demás personajes tienen cuatro.