La desilusión ciudadana con los sistemas políticos, económicos y sociales prevalecientes refleja una variedad de grandes y graves problemas.
Uno de ellos, es el mundo empresarial; los negocios convencionales y sus voceros tradicionales, están atados a los viejos patrones del desarrollo, tales como, la sobreoferta de bienes, la informalidad laboral, los bajos salarios, la elusión, pero sobre todo, la exclusión, la desigualdad y la destrucción de los ecosistemas. Estos modelos crean un profundo malestar en la sociedad, exaltan las diferencias y agobian el consenso social.
Hay que idearnos un nuevo conjunto de principios para gobernar, con una nueva confianza y un renovado optimismo.
La disrupcion es definitiva en cualquier intento de formular una batería de iniciativas, para modificar los actuales enfoques prevalecientes sobre un nuevo desarrollo sostenible.
El territorio del departamento del Magdalena, tiene una economía dependiente de los bienes y recursos que proveen la naturaleza, sus sectores fundamentales, se nutren del suelo, el agua, las playas, los ríos, el mar y la biodiversidad.
Repensar el desarrollo, su existencia futura y su sotenibilidad, solo es garantizable sí, se hace una ruptura responsable, y se crean nuevas alternativas, que permitan desatar todas las fuerzas productivas de la entidad territorial.
Incorporar el conocimiento y las tecnologías son factores importantes, pero el elemento estratégico es la visión que se desea movilizar para incentivar los cambios en la vida económica y social.
Las familias y clanes tradicionales, desean seguir reproduciendo un modelo que no es viable, que no es sostenible, pero, además que no tiene posibilidad de competir en el mercado global.
Tenemos que crear un ambiente favorable para nuevas inversiones, para que otros agentes económicos se hagan presentes para impulsar nuevos negocios que estén conectados a las cadenas de valor internacional mas dinámicas como el turismo, la logística, la innovación tecnológica, la producción de alimentos limpios; por esta ruta el departamento podría empezar su proceso de conversión en un territorio global.
Los actuales agentes económicos, son partícipes de la vida y actores políticos premodernos que desean continuar gobernando, se requiere de unos emprendedores empresariales, que tengan suficientemente claro, que las sociedades locales y regionales necesitan superar el inmovilismo político y social, sí quieren tener un lugar de importancia en el futuro más inmediato.
La inversión ecomómica y tecnológica sostenibles y la apertura de nuevos negocios, van de la mano con la renovación política de las instituciones y de sus agentes Públicos. En la contienda electoral que se aproxima este debería ser un debate urgente.
Los sueños no se marchitan; en las sociedades que están en el camino de la consolidación o en la búsqueda de nuevas variables del desarrollo, por el contrario, florecen.
Aabula.
