Los nativos creen en lo más profundo de su corazón, en el legado de sus ancestros, en su cosmogonía, en su tradición y en su patrimonio inmaterial, como la fuente de su supervivencia.
En mundo global, que sigue siendo asimétrico, nos transmite una multiplicidad de emociones y de intereses, que generan grandes connotaciones, y frustraciones, que solo la vida, el conocimiento, y la innovación pueden marchitar y reversar.
La biodiversidad es parte de ése patrimonio que todos los días se destruye, se arrasa y se deteriora, con el concurso de una mentalidad que sigue apegada a un modelo de crecimiento, de desarrollo y de participación, que reducen a la minima expresión las fuentes primarias de la existencia.
El agotamiento de los ecosistemas marinos y costeros, se expande como una larga mancha que trastorna todo los componentes de la riqueza azul, el paulatino desconocimiento de las leyes de la naturaleza, esta arrastrando a este territorio en un escenario de pauperizacion creciente, de ahí, que una de las alternativas económica de la población sea ocupar de forma desplanificada e ilegal el espacio de todos.
Algunos creen que debemos tener un mundo sin límites territoriales, políticos, institucionales, ambiental y humanitario, ésa imaginación, es el sueño de los que creemos en la posibilidad de una globalidad mejor, diferente e incluyente, sin embargo, esta expresión onírica, se estrella con la conducta voraz, premoderna y perversa, de unas legiones parasitaria y destructora, nos referimos a una migración tóxica, que en nombre de la inversión privada, de la participación en la oferta que crean en la producción y los servicios, han querido convertir este lugar en un centro de explotación sexual y drogadicción permanente.
En muchos territorios del mundo, la creación de riqueza, la generación de empleo, el cambio de la matriz productiva, transitar de la economía de subsistencia a una de mayor, participación del capital, permiten modificaciones sustanciales de los entornos, una de las vías más expedita, es el impulso de la cadena de valor del turismo, sostenible y responsable con las futuras generaciones, sin embargo, en Taganga muchos de los agentes privados, promueven una alternativa turística degradadora.
Podríamos pensar en un territorio sostenible, en un modelo para la creación, en un espacio de encuentro de todas las culturas que deseen la convivencia, en un lugar en donde tradición y posmodernidad tengan oportunidad, en donde el pescador artesanal sea un agente del desarrollo, en donde el inversionista vea la posibilidad de incrementar sus ingresos sin tener que recurrir a la devastación, éso imaginamos los seres humanos diferentes al resto de la manada.
La futura comunidad de Taganga será multiétnica, cosmopolita y global, pero debe ser distinta a los modelos reducionistas, podría ser un patrimonio de la humanidad, que disfruten todas las generaciones.
Desde hace varios años los principales actores de la micro sociedad civil viene luchando y gritando en silencio, que se le comprenda sus reclamos, sus exigencias, sus demandas, muchas veces se le escucha de una forma tangencial, otras se le utiliza para generar bronca y hasta para producir descontestos peligrosos.
El tiempo es un valor que muchas veces no se reconoce su dimensión, se le desconoce su importancia, su grandeza, hay agentes privados y actores públicos, que lo abandonan, ése hecho genera una secuela y un daño irreparable, para acometer las decisiones acertadas que tenemos que promover, ejecutar y evaluar.
“Gracias totales”, nos indicaba el prócer de los sueños.
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