La Veeduría Ciudadana Agua Santa Marta adelantó un informe sobre los pro y contras de este proyecto.
Luego de un proceso de tres meses de recolección de información del proyecto ‘El Curval’, que plantea la solución definitiva a la crisis de agua potable que se vive en Santa Marta, la Veeduría Ciudadana Agua, planteó ante la ciudadanía samaria una serie de cuestionamientos relacionados con la efectividad de la iniciativa.
A través de un decálogo, los inspectores buscan conocer, además, si existe un factor de sostenibilidad en la prestación futura del servicio, teniendo en cuenta que, según la veeduría, uno de los principales problemas del proyecto es la confiabilidad del suministro energético para el desarrollo del mismo.
“Según conversaciones con los consultores e información de los estamentos que componen el proyecto, se han evidenciado cuatro prorrogas con relación a la fecha de entrega inicial, las cuales están sustentadas en que no se tuvo en cuenta la necesidad energética necesaria para la ejecución de la solución del plan”, señaló Rafael Gómez Santos, presidente y vocero de la veeduría.
Con lo anterior, se refiere a que el proyecto contempla la utilización aproximada de 38 mil KVA de energía para su consolidación y para ello, se necesita la intervención de la empresa Air-e, según detalles entregados por los consultores.
La construcción de las subestaciones Buritaca y Guachaca, sería una de las soluciones eléctricas para impulsar el agua hacia Santa Marta.
Según Gómez Santos, incrementaría el valor del recibo del agua en un 50% en hogares de estrato bajo y, el 40% en estrato medio.
Otro de los puntos planteados por la veeduría, es que actualmente no existe un plan maestro de acueducto y alcantarillado en la ciudad, lo que complicaría un poco el trabajo para que el preciado líquido llegue a los hogares samarios.
“No sabemos por dónde van las redes de agua potables, servidas y pluviales. Sin embargo, el proyecto podría hacerse hasta cierto punto, donde se vuelve imperante para entregarles el agua a los samarios en los hogares”, dijo Gómez, destacando que todo lo anteriormente expuesto tiene solución.
Asimismo, en cuanto al componente ambiental, el equipo de veedores manifestó que, pese a que el proyecto se construiría al borde de la carretera para evitar generar consular con las comunidades indígenas, para acelerar los procesos, la firma del acuerdo de Escazú y los compromisos adquiridos por el país complicarían esta operación.
Todos estos componentes, según la Veeduría de Agua Santa Marta, son necesarios que se resuelvan lo más pronto posible, ya que de este proyecto dependerá el desarrollo y el futuro en general de la capital del Magdalena.
Finalmente, Rafael Gómez Santos, expuso que se necesita una planta de tratamiento con mayor capacidad, tal como lo plantea la iniciativa, pero se requiere que la captación del agua sea responsable.
Por último, es preciso indicar que, este proyecto está liderado por la empresa Cenit Transporte y Logística de Hidrocarburos, filial del grupo Ecopetrol, la cual firmó un convenio con la Alcaldía de Santa Marta y la Gobernación del Magdalena, para la contratación de los estudios y diseños del sistema de acueducto de ‘El Curval’.