El exministro de Hacienda Mauricio Cardenas advirtió que el aumento del salario mínimo para 2026 podría agravar la crisis económica del país, provocar despidos masivos en pequeñas y medianas empresas y profundizar la informalidad laboral, al tiempo que calificó la decisión del Gobierno como una jugada política de alto costo para Colombia.
La discusión sobre el aumento del salario mínimo para 2026 volvió a encender el debate económico en Colombia. Esta vez, la voz de alerta llegó desde el exministro de Hacienda y economista Mauricio Cardenas, quien advirtió que el país atraviesa un momento crítico y que las decisiones recientes del Gobierno podrían tener consecuencias profundas en el empleo y la estabilidad financiera.
En su primera intervención, Cárdenas fue directo: aseguró que la situación económica actual “no es buena” y que Colombia se encuentra al borde de un escenario complejo. Según dijo, el Gobierno presenta un serio desorden en sus finanzas, un panorama que, a su juicio, no debe analizarse desde la pasión política, sino desde la realidad económica.
Uno de los puntos que más preocupación genera, explicó, es el aumento del salario mínimo para 2026, que lejos de beneficiar a los trabajadores, podría convertirse en un detonante de despidos, especialmente en las pequeñas y medianas empresas. Tenderos, dueños de cafeterías, almacenes y pequeños negocios, señaló, ya están haciendo cuentas y concluyen que sus ingresos no alcanzan para asumir un incremento de esa magnitud.
Cardenas sostuvo que muchos empresarios operan con márgenes muy ajustados, y que ante el nuevo escenario, se verán obligados a reducir sus nóminas. “Hay negocios que ya estaban en el límite y ahora no podrán sostener tres, cuatro o cinco empleados” afirmó. Al tiempo que anticipó recortes que considera inevitables.
El exministro también lanzó duras críticas al presidente Gustavo Petro por el incremento del 23,7% en el salario mínimo, al que calificó como una decisión de corte “político y populista”. En su análisis, el resultado final será el contrario al esperado: despidos, informalidad y trabajadores ganando menos del salario mínimo, sin que se logre un verdadero beneficio social.
Finalmente, Cardenas advirtió que los efectos más graves se sentirán después de las elecciones, comparando el escenario colombiano con experiencias vividas en países como Argentina y Ecuador. Para él, el país estaría entrando en una etapa de “populismo económico”, cuyos costos serán mucho más altos que los beneficios y terminarán pasando una factura pesada a la economía social.


