Una familia llegó hasta el barrio Filadelfia, en Santa Marta, asegurando que un joven de la manzana 11 se llevó su portátil. Él los miró como si nada, y la mamá lo escondió dentro de la casa como si estuvieran jugando a las escondidas.
En el barrio Filadelfia, la tarde del domingo se puso sabrosa, pero no por una fiesta, sino por un reclamo que terminó en escena digna de novela.
Una familia llegó hasta la casa número 16 de la manzana 11, señalando sin titubeos a un joven de haberse llevado un computador portátil “como Pedro por su casa”, y sin dejar rastro.
El muchacho, lejos de alterarse o mostrar nervios, salió con cara de póker, como quien no rompe un plato, ni aunque se lo tiren. Miraba a los presentes como si estuviera viendo una película de misterio… pero protagonizada por él mismo.
“Dime dónde lo vendiste para ir a buscarlo”, le suplicaban los afectados, pero él, más mudo que un celular sin batería. Y para rematar, la mamá salió al rescate, lo metió rapidito para dentro de la casa y cerró la puerta, dejando a todos afuera como nada pasara.
La familia, ya sin paciencia, decidió llamar a las autoridades para que pusieran orden en este curioso episodio, pues aseguran que el computador es esencial para sus labores diarias y que no se van a quedar de brazos cruzados mientras el presunto responsable se hace el desentendido.
Hasta el momento, el paradero del portátil sigue siendo un misterio, y el joven continúa en silencio, quizás esperando que el asunto se “reinicie solo”.
