Unas fuertes fotografías evidencian lo que podría ser un caso de desnutrición y abandono total a los reclusos en las cárceles y centros penitenciarios de Venezuela. En las fotos enviadas a la redacción de SANTA MARTA AL DÍA por parte de la familiar de uno de los reclusos se puede ver el estado en que se encuentran por falta de comida al interior del penal.
En cárceles como la de Tocuyito en Carabobo y otros estados de Venezuela, es notable la desnutrición que evidencian los reclusos, que muchos pagan aparte de su condena por los crímenes que cometieron, una verdadera pena por el hambre, la sed y el maltrato.
El llamado de los reclusos y sus familiares es a María Iris Varela Rangel, ministra del Poder Popular para el Servicio Penitenciario de Venezuela, para que corrija la situación que tiene al borde de la muerte por desnutrición a los reos en Venezuela.
“Los muchachos están mal, no le están dando comida, están pasando mucha hambre, eso debe ser denunciado. Le pedimos a la ministra del Poder Popular para el Servicio Penitenciario de Venezuela para que se corrija esta situación”, dijo una de las familiares de los presos.
Según la mujer no hay comida al interior del penal y lo peor es que ante la pandemia, ni siquiera dejan entrar a sus familiares para brindarle a los presos, lo que ha puesto en peligro la salud alimenticia de estos.
Una realidad en Venezuela es que el Estado no garantiza la alimentación de los presos: ellos dependen de la comida que les llevan sus familiares. Ahora con las visitas suspendidas por la pandemia y la escasez de alimentos, la salud de los reos con tuberculosis está empeorando.
La pandemia había llegado al país unos días antes. Así que, con el propósito de prevenir la propagación de la Covid-19, el 2 de abril las autoridades cerraron las cárceles a cualquier visita y, con ello, estrangularon la red de abasto de comida para los miles de internos.
“Yo solo quiero que nos den el trato de seres humanos que somos, es verdad que nos equivocamos, cometimos errores pero no nos pueden dejar morir de hambre”, dijo Byron, uo de los internos que se comunicó con SANTA MARTA AL DÍA a través de su familiar angustiado.
En Santa Marta varios ciudadanos venezolanos tienen encerrados familiares como Byron, a su suerte y sin nada que comer.
Cristina Aliana Arias Fariana, es una ciudadana venezolana residente en el sector de Timayui, ella asegura que el padre de su primer hijo Alejando se encuentra recluido en una cárcel venezolana, donde “literalmente se está muriendo de hambre, no comen, pasan trabajo”.
En las cárceles de Venezuela, no alimentarse bien mantiene la ventana abierta a la muerte por otra enfermedad infectocontagiosa que circula profusamente en las prisiones venezolanas: la tuberculosis.