El mercado público de Santa Marta enfrenta nuevamente un grave problema por el rebosamiento del alcantarillado, que mantiene las calles inundadas de aguas residuales y malos olores. Comerciantes y ciudadanos exigen a Essmar una respuesta inmediata ante una situación que afecta la salud, la economía y la imagen turística de la ciudad.
El mercado de Santa Marta vuelve a estar en el centro de la polémica por la presencia de aguas residuales en plena vía Ferrocarril y en varios sectores del centro histórico, donde el alcantarillado rebozado genera olores nauseabundos y serios riesgos para la salud pública.
Pese a las múltiples denuncias dirigidas a la empresa Essmar, los samarios aseguran que la entidad no ha ofrecido soluciones reales.
“Es increíble que una ciudad tan turística y con tantos atractivos naturales tenga sus calles llenas de agua de alcantarilla. No hay derecho”, expresó Ana Ventura, una ciudadana que transitaba por la zona del mercado cuando debió cruzar una calle completamente inundada de desechos.
En los alrededores del mercado y la avenida del Ferrocarril varios comerciantes, restaurantes, panaderías y clínicas privadas se encuentran directamente afectados. Muchos locales presentan pozos de agua sucia frente a sus puertas, lo que ha reducido el flujo de clientes y generado pérdidas económicas.

“Ya no queremos trapitos de agua fría. Queremos una solución verdadera para nuestra ciudad”, expresó uno de los comerciantes, visiblemente molesto por la falta de respuesta institucional.
Una imagen que contradice el turismo
Mientras Santa Marta busca posicionarse como un destino turístico sostenible, la realidad de su infraestructura sanitaria contradice ese propósito. El rebosamiento constante de aguas residuales no solo afecta la movilidad y la salud de los habitantes, sino que también deteriora la imagen de la ciudad ante los visitantes.
En varios videos ciudadanos se observa cómo las calles permanecen inundadas con líquidos contaminados, opacando las bellezas naturales y el esfuerzo de quienes trabajan por mantener limpia la capital del Magdalena.
Los afectados exigen una intervención urgente por parte de la Essmar y los entes de control, pues consideran que la situación ha llegado a un punto crítico.
Los samarios reclaman que se establezca un plan estructural que ponga fin a un problema de salubridad que lleva años repitiéndose, especialmente en zonas de alta circulación como el mercado público.


