Además del Eln, las disidencias de las Farc, el ‘clan del Golfo’, ‘los Pelusos’ y ‘los Puntilleros’, conocidos como Grupos Armados Organizados (GAO) y contra los cuales el Estado puede usar incluso los bombardeos, en el país hay otras 19 estructuras delincuenciales menos conocidas, pero consideradas como una amenaza para la seguridad.
En una publicación de El Tiempo, se presentó un informe de inteligencia que establece como una de las prioridades la lucha contra estas estructuras, catalogadas como Grupos de Delincuencia Organizada (GDO). Tienen 1.200 hombres en armas y presencia en cinco ciudades capitales y cerca de 30 municipios.
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Ese informe fue la base de la política de defensa y seguridad presentada por el presidente Iván Duque hace una semana.
Y uno de los hechos que más preocupa a las autoridades es que 10 de esas organizaciones están en Medellín y el valle de Aburrá, Antioquia. No en vano el índice de homicidios no cede en la capital antioqueña, donde entre el primero de enero y el 14 de febrero se reportó un incremento del 3,9 por ciento en las muertes violentas con respecto al mismo lapso del 2018.
De los 80 homicidios registrados en Medellín hasta el 14 de febrero, 35 se atribuyen a estas redes criminales.
En esta ciudad, según el análisis de inteligencia, hay dos redes que generan los mayores focos de violencia en su pelea por el control territorial para el tráfico de droga y extorsiones. Además, están provocando desplazamientos forzados intraurbanos.
La primera de esas redes es ‘la Terraza’, cuyo jefe es alias Chicho y, según el informe conocido por este diario, tiene 90 hombres en armas. Su mayor injerencia es en la comuna 10, conocida como La Candelaria.
La segunda es ‘Robledo’, cuyas cabezas visibles son alias Lunar y Toño, y que tendría cerca de 45 hombres en armas. Esta banda tiene incidencia en los barrios Robledo y San Javier y en el corregimiento de San Cristóbal.
En el área metropolitana de Medellín, o valle de Aburrá, hay redes criminales que han logrado sobrevivir durante años, como la banda ‘Pachelly’, que lleva 25 años cometiendo homicidios y tiene presencia en el municipio de Bello.
Este grupo delincuencial, considerado como uno de los más peligros, está dirigido por alias Albert, quien contaría con 140 hombres en armas. Tiene el control del abastecimiento de marihuana en el valle de Aburrá.
Infografía delincuencia organizada
Cerca de 1.200 hombres en armas integranlos 19 grupos de delincuencia organizada.
Pero como lo dijo en una entrevista reciente con EL TIEMPO la fiscal jefe contra el crimen organizado, Claudia Carrasquilla, el fenómeno de poderosos grupos delincuenciales se extiende a otras regiones del país.
Por ejemplo, ‘Banda Local’ hace presencia en Buenaventura, Valle, y su jefe, alias Lugo, tiene más de 90 hombres en armas. Según las autoridades, selló un pacto con las disidencias del frente 30 de las Farc para el abastecimiento de estupefacientes en esa zona del país.
Y en Cali, el radar está sobre ‘Martín Bala’, quien regresó de Estados Unidos tras pagar una condena por narcotráfico. Según la inteligencia, hizo una alianza con otros narcotraficantes para recuperar sus bienes y rutas y seguir enviando cocaína a Estados Unidos.
En la costa Caribe están ‘los Pachenca’, que azotan con la extorsión y manejan el narcotráfico en Santa Marta y su zona rural. Su jefe, ‘Chucho Mercancía’, es un exparamilitar. Según la Fiscalía, ordenó los asesinatos de la líder social Maritza Quiroz, del guardaparques Wilton Orrego León y del funcionario de la empresa Daabon Juan Carlos Pedrozo Castellanos.
En Barranquilla, Atlántico, actúan ‘los Costeños’, cuyos tentáculos se extienden a cinco municipios. Su jefe, alias Castor o Diente, está sindicado de más de 20 homicidios. Varias de las víctimas fueron desmembradas. Esta banda mata gente por encargo.Todos estos grupos se han convertido en verdaderos problemas para la seguridad ciudadana y, por eso, la captura de sus cabecillas es uno de los principales objetivos de las autoridades este año.
Cuatro alertas prendidas
En el Caquetá
Inicialmente fueron identificadas 23 redes criminales, pero 4 están inactivas. Las más notorias eran ‘los Caqueteños’, ubicados en Leticia, Amazonas, y ‘los de la Montaña’, que delinquían en Manizales y Villamaría, Caldas. Sin embargo, sobre ‘los Caqueteños’ hay alerta porque estarían intentando reorganizarse para traficar cocaína por la frontera con Brasil y Perú.
Los hijos de Isaza
Dos de los hijos del exparamilitar Ramón Isaza, alias el Viejo, quien fue jefe de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, conformaron el ‘clan del Norte’, con acción en el suroriente antioqueño, según el informe de inteligencia.
Buscan controlar franquicias que otorgaron a pequeñas redes para manejar laboratorios de cocaína.
‘Los Rastrojos’
En Norte de Santander se ubicó una facción de ‘los Rastrojos’, bajo el mando de alias Necoclí, quien tiene cerca de 90 hombres en armas y firmó una alianza con ‘los Pelusos’ para apoyarlos en la guerra territorial que libran con el Eln hace más de un año por el control de la frontera con Venezuela para el envío de cocaína a través de las pistas clandestinas ubicadas en el estado Zulia.
‘Los caparrapos’
Por su peligrosidad y porque han logrado expandirse a varias zonas del país, el Gobierno estudia darle la connotación de Grupo Armado Organizado (GAO) a ‘los Caparrapos’, una disidencia del ‘clan del Golfo’, cuyo jefe es alias Caín, quien comanda más de 100 hombres dedicados al narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal. Su zona de injerencia es el bajo Cauca antioqueño.
Tomada de El Tiempo
