En la vereda Buritaca, zona rural de Santa Marta, los hoteleros y comerciantes parece que se quedarán esperando al turismo que al menos esta temporada de fin y comienzo de año no llegará por el temor que se ha generado a raíz del homicidio de la pareja bogotana que viajaba por la carretera Troncal del Caribe hacía Palomino, cuando fueron secuestrados, robados y baleados.
La comunidad de este sector dice que, aunque el crimen no ocurrió allí, en las noticias, el lugar al que más se hace referencia desde aquel hecho de sangre es el de Buritaca.
Leonardo Mejía líder cívico asegura que el 80 por ciento de los habitantes de esta vereda viven de los servicios turísticos. El resto de la pesca y el mototaxismo.
En esta parte de Santa Marta, el mar se une con el río y forman un paisaje sin comparación al que turistas de todo el mundo sueñan con conocer y disfrutar.
Sin embargo, la belleza de la zona está siendo opacada por el terror que se apodera de propios y extraños en toda la zona de influencia de la Troncal del Caribe en la comunicación vial entre el Magdalena y La Guajira.
Según Mejía este diciembre había iniciado muy positivo para los hoteles, restaurantes, carperos y prestadores turísticos en general.
“Familias enteras comenzaban a llegar de todas las ciudades de Colombia y de otros países, lo que nos hacía pensar que sería una excelente temporada”, indicó.
LA GENTE TEME VISITAR LA ZONA
Pero ese panorama y las buenas expectativas cambiaron desde el 23 de este mes, cuando en la vereda Perico Aguaó fueron hallados muertos con tiros de gracia, Nathalia Jiménez y Rodrigo Monsalve quienes habían sido reportados desde el día 20 como desaparecidos.
Este doble homicidio empañó la imagen de toda la zona nororiental de la Troncal del Caribe, pues se vendió una imagen de inseguridad total que espantó al visitante.
“El 70 por ciento de las reservas de los hoteles se cancelaron y los días son más solos, que incluso cualquier otro de las temporadas bajas del año”, anotó.
Los habitantes de Buritaca y las otras más de 30 veredas situadas en la Troncal del Caribe cerca a la Sierra Nevada de Santa Marta, están preocupados porque su única fuente de ingreso es el turismo.
Algunos líderes aseguran que los anuncios hechos por el Ministro de Defensa para invitar a los turistas a visitar esta zona, no han sido suficientes.
“Hay muchos más controles del Ejército y la Policía en toda la carretera y en los balnearios, pero aún así la gente no está llegando”, sostuvo Freddy Gómez, otro representante de las veredas.
Actualmente ya hay cuatro hombres judicializados por el crimen de los recién casados. Tres de ellos vivían en la vereda Buritaca.
LA COMUNIDAD LOS CONOCE
Erwin Padilla, miembro de esa población señala que estos tres jóvenes son de un grupo de delincuencia común y que en el caso de Giovanni Ortiz se entregó por la presión de la misma comunidad. Los demás también fueron ubicados por información que se le suministró a las autoridades.
“Aquí no vamos a permitir comportamientos que perjudiquen a los propios y visitantes, estamos en contra de todas esas actividades delictivas, por eso en cuanto supimos que se estaban vendiendo elementos de estos turistas asesinados, decidimos actuar fuerte contra los que creíamos eran los responsables”, agregó Padilla.
Pero mientras los comerciantes y hoteleros aguardaban con alguna ilusión que este fin de semana el aumento del pie de fuerza sobre la Troncal del Caribe, motivara la llegada de turistas; este viernes, ocho días después de la desaparición de la pareja de biólogos, un nuevo crimen se registró en la zona.
¿RETALIACIÓN DE GRUPOS ILEGALES?
La nueva víctima de la violencia, fue un ciudadano de nacionalidad venezolana quien recibió un impacto de bala de parte de un parrillero de una moto. El asesino le cubrió el cuerpo con un letrero con el siguiente mensaje: “No alcahueteamos cosas mal hechas en toda la región, el que venga a dañar la tranquilidad de la región será dado de baja”.
El asesinato de esta persona identificada como Freddy José García, llega horas después que se conociera un comunicado firmado por un grupo autodenominado Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada, en el que aseguran rechazar el asesinato de Nathalia Jiménez y Rodrigo Monsalve.
En el escrito el grupo subversivo indica que sus integrantes no apoyaron y tampoco participaron en el crimen de Jiménez y Monsalve, por lo tanto, “desplegaron un operativo en la región para dar con el paradero de los responsables y entregarlos ante las autoridades pertinentes”.
HAY AUSENCIA DEL ESTADO
Carlos Gómez, líder del corregimiento de Guachaca considera que el principal problema que afecta a estas comunidades, es el abandono estatal y por ende la falta de inversión social.
En esta localidad y el resto ubicadas sobre la parte nororiental de la Troncal del Caribe, no hay oportunidades de educación y empleo, tampoco parques y zonas de recreación, así que los adolescentes al terminar sus estudios de colegio quedan sin ningún oficio y caen en las drogas, malas prácticas e incluso se vinculan a grupos delictivos.
“En este territorio las oportunidades son escasas, el joven que no se dedica al mototaxismo se rebusca de cualquier otra manera, en ocasiones no muy correcta. Lo primero que debería hacer el Estado en todas estas veredas es crear oportunidades para una población que está olvidada”, añadió.
Según vecinos de la zona, en el lugar se cobran extorsiones a campesinos y comerciantes, con el pretexto de darle protección a cambio. Los habitantes de la zona ya no saben a quién pagar dicha protección, “todos son redentores en esta zona”.
Hace días el cabildo gobernador Kogui, José de los Santos Sauna, denunció que las comunidades indígenas en la Sierra Nevada de Santa Marta, también son afectadas por la presencia de grupos armados.
“No sabemos quiénes son, solo los vemos cuando llegan con armas de fuego para exigir vacunas y lanzar amenazas contra los dirigentes de los resguardos”, señala.
José de los Santos, manifestó que estas agrupaciones “nos están investigando la economía. A Nuestros mamos le están pidiendo recursos y ellos no generan recursos, ellos solo trabajan parte espiritual con los objetos sagrados”.
¿EL RESURGIMIENTO DEL ‘CLAN GIRALDO’’?
Para Norma Vera, secretaria del Interior del Magdalena, la situación viene siendo advertida desde hace varios meses, en los que han conocido que la zona se estaría preparando para el regreso de Hernán Giraldo Serna.
La funcionaria desde sus labores académicas ha adelantado investigaciones del conflicto en esa zona, tanto así que según el seguimiento riguroso que dice adelantar, “he advertido hasta el cansancio que esta situación se veía venir y que se estaba preparando el terreno para la llegada de Hernán Giraldo”.
“Desde la Gobernación del Magdalena nunca desconocimos la realidad del territorio y su complejidad; la evaluamos, la visibilizamos e invertimos en seguridad sobre los municipios del departamento”, añadió.
Dijo que le preocupa que mientras “el distrito lleva dos semanas seguidas con una serie de atentados; algunos de ellos han costado vidas humanas. Son 10 asesinatos en una ciudad donde se dice que todo está controlado. Su modelo de seguridad debe revisarse”.
LAS ADVERTENCIAS SON DE MESES ATRÁS
Desde el pasado mes de enero cuando el Distrito se encontraba en incertidumbre por los asesinatos de Wilton León, contratista del Parques Nacionales y la líder social Maritza Quiróz, cosa que según la Defensoría del Pueblo, ya había sido advertida.
En ese entonces y posterior a eso en los meses de junio y julio, se registraron muertes en las zonas que habían sido advertidas en el informe de la Defensoría del Pueblo en el que se señalaban un total de 46 barrios, 4 corregimiento, 46 veredas y 3 resguardos indígenas, como de alto riesgo en seguridad.
El informe entregaba detalles y nombres de las zonas en la que se debía primar la atención por parte de las autoridades; dichos sectores desde esa fecha han sido blanco de ataques y entre esos la Troncal del Caribe ha sido la más afectada con hechos relacionados con el sicariato.
Entre ellos los sectores rurales de Tres Puentes, Minca, y los barrios Garagoa, Cantilito, 11 de Noviembre y otros donde se han presentado, acciones que interrumpen la tranquilidad de la ciudad en los últimos días.
Santa Marta no es la única que aparece en el informe de la agencia ministerial, también el municipio de Ciénaga y Dibulla en La Guajira, con sus corregimientos circunvecinos con el Magdalena.
Según el informe la población en riesgo se distribuye entre la cabecera municipal de Santa Marta y los centros poblados de Guchaca, Bonda, Minca y Minca; así como en Palomino, Minguero y La Punta de Los Remedios, jurisdicción de Dibulla en La Guajira.
SE PELEAN EL TERRITORIO
En todo el sector de la Troncal del Caribe delinquen algunas estructuras del Frente de Guerra Norte del Eln, pero el grupo que registra el control de la criminalidad en la región es ‘Los Pachenca’, cuyo principal jefe era Jesús María Aguirre, alias ‘Chucho Mercancía’, quien murió en un operativo de las autoridades en junio pasado.
Así, esta estructura -que tendría por lo menos unos 150 hombres, así como una red de apoyo que supera las 300 personas- tuvo una reestructuración, pues en el operativo también fue capturado quien era el segundo al mando, John Rafael Salazar Salcedo, alias ‘Flash’. Esto dejó al frente de la banda a Dimer Patiño, alias ’80 ó Martillo’.
La comunidad en general, temerosa por la situación, clama protección y mayor presencia del Estado. El futuro de los hoteles y proyectos turístico de esta parte de la ciudad es incierto.
