La noticia corrió de boca en boca entre los vecinos, quienes aún no asimilan cómo un lugar tan familiar pasó, de un día para otro, a quedar marcado por el dolor.
El año terminó en silencio para el barrio Simón Bolívar, en Florencia, Caquetá. Una vivienda que durante años fue sinónimo de cercanía y rutina gracias a una pequeña tienda atendida a diario se convirtió en el escenario de una tragedia que hoy enluta a toda una ciudad.
En el interior del inmueble fueron halladas sin vida dos niñas, María Ángel y María José Gómez, de 8 y 12 años, junto a su madre, Alba María Benavides.
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La alerta se encendió cuando una familiar notó que la tienda no abrió y que nadie respondía a los llamados, una situación totalmente fuera de lo habitual. La preocupación llevó a avisar a las autoridades hacia las 5:30 de la tarde. Al ingresar a la vivienda, los uniformados confirmaron el fatal desenlace que hoy genera conmoción y preguntas sin respuesta.
De manera preliminar, se conoció que Alba María atravesaba una compleja situación personal tras una reciente separación, un contexto que ahora es analizado por las autoridades. El caso permanece bajo investigación para esclarecer plenamente lo ocurrido y establecer las circunstancias de esta tragedia.
Mientras el país se preparaba para despedir el año entre celebraciones, Florencia bajó la voz. Tres vidas se apagaron y dejaron un vacío profundo, recordando la urgencia de hablar de la salud emocional, del acompañamiento oportuno y de la solidaridad como pilares indispensables para evitar que historias como


