Con bombos y platillos desde la Gobernación del Magdalena anunciaron una rendición de cuentas en la Quinta de San Pedro Alejandrino. Todo parecía indicar que la gobernadora Rosa Cotes estaría acompañada de seguidores y aliados de la política local; sin embargo, la realidad fue otra: soledad total en cuanto a cuota parlamentaria, diputados, senadores y concejales estuvieron ausentes.
“Ausencia que me tienes solo”, el pedazo de una canción que Jorge Oñate hizo popular habría sido para muchos la perfecta tonada en la rendición de cuentas en la que, de los llamados aliados, solo asistieron tres gerentes de hospitales en el Magdalena.
Los pocos eran funcionarios de la Gobernación, familiares de estos y líderes de algunas localidades de Santa Marta.
Muchos de los miembros del gabinete murmuraban que esa soledad en la entrega de resultados del gobierno se debía a la arrolladora derrota de su grupo político en las elecciones del 27 de octubre.
Lo importante de la rendición es que sin salirse del libreto y leyendo al pide de la letra, la intervención de la Gobernadora del Magdalena fue impecable, no hubo comentarios contra indígenas de interior del país y tampoco se refirió a los LGBTI con la sigla que acostumbra a cambiar parece que de manera deliberada en sus discursos.
Cotes dejará de ser gobernadora el 31 de diciembre a las 12 de la noche y en su administración los magdalenenses recordarán temas como la Vía de la Prosperidad, investigaciones en el PAE, el abandono a comunidades afectadas por la erosión costera en Salamina; la pobreza inmensa en Puebloviejo y sus corregimientos y por último su oposición férrea a la construcción de una sede de la Universidad del Magdalena en el sur del departamento.