El derecho canónico cumplió cada uno de sus ciclos y no fue posible sacar al padre que oficia misas y bautiza samarios sin ningún tipo de consentimiento de la Iglesia Católica.
Desde diciembre del 2023, y en lo que va del 2024, Hernando Fagid Álvarez Yacub, conocido como el padre Fajid; viene oficiando misas y desarrollando actividades propias de la Iglesia Católica, sin ser sacerdote.
Para muchos es extraño leer estos renglones y en varios correrán el riesgo de sonrojarse de la rabia y hasta decir: “que página embustera”; sin embargo, los años como sacerdote y administrador del cementerio San Miguel, pasaron a la historia desde que la Iglesia Católica a través de la Diócesis de Santa Marta, lo separó de su embestidura como párroco.
Lo anterior, porque el otrora padre Fajid se declaró en desobediencia como sacerdote, ignorando una orden de traslado y continuando oficiando misas a pesar de tenerlo prohibido.
Tanto así que el cementerio San Miguel hoy es administrado bajo una figura administrativa privada que creó de manera presuntamente ilegal Álvarez.
Ante esto, una clara violación a las normas eclesiásticas y al comportamiento que debe un obediente párroco con su Obispo, la Diócesis pidió a Dios que abogara pero también se ayudó con un jurista en la tierra que pudiera emprender acciones contra Fajid.
Será el abogado Diego Duque quien exorcizará la presunta ambición del padre rebelde.
En diálogo con Santa Marta Al Día, el abogado contratado por la Diócesis, tiene la bendición de la Catedral y de Roma para ejercer acciones contra el “otrora padre que tiene el cementerio como si fuera su tienda”.
Para lograr eso, no será necesario abrir el mar y Diego Duque no será un Moisés para explayar los portones del cementerio. El jurista manifestó que presentó una solicitud formal para desalojar a Fajid del cementerio lo antes posible.
Según el abogado el exsacerdote, ni porque haya creado una figura administrativa privada que creó ilegalmente Álvarez podrá mantenerse en el cementerio, que debe regirse por la orden eclesiástica.
Para el abogado todo se trata de ser paciente y esperar la orden del Juez, la cual no será tan tardía como la fortuna para Job y la Iglesia en este caso la Diócesis, podrá recuperar el bien que por 18 años, administró el párroco.
“Esta persona no tiene facultad ni investidura para administrar ni fungir como padre en este sitio”, indicó el abogado Duque.
No es padre
El doctor en derecho, Diego Duque, confirmó lo que se había dicho en los primeros párrafos de la noticia, una y otra vez, e hizo un llamado a los samarios que han celebrado bautizos, misas y otros eventos católicos en la parroquia San Miguel, “no tienen ninguna legalidad”.
Precisó con calendario en mano que, desde diciembre, cuando se le ordenó el traslado a Fajid, la Diócesis dejó de recibir información sobre los ingresos que se reciben por concepto de los servicios religiosos y de sepulturas que allí se ofrecen.
“Este padre en su rebeldía secuestró y ha manejado el cementerio como una tienda. Ya no hay manera de llegar a un acuerdo, y el único camino es el desalojo”, precisó el apoderado de la Iglesia en este caso controversial.
¿Y la plata?
Al preguntarle sobre el dinero que cobra el padre a través de la Sociedad Parque San Miguel; el abogado manifestó: “está usando el cementerio como si fuera una tienda de sus propiedad, es el problema que hay que la Diócesis no puede responder, avalar, acompañar, tener injerencia de lo que pase hoy, el cementerio está explotado sin tener habilitación para ella, recibiendo dineros por su cuenta, quien sabe cuándo, cómo y enviando a donde”.
“La creación de esa personería jurídica, fue para quitarle la administración a la Diócesis y comenzar a poseerla y explotarla”, añadió Duque.
Por su parte, Fajid Álvarez manifestó que cuenta con más de 1500 firmas de propietarios de bóvedas que lo respaldan para seguir siendo el administrador. También argumenta que está siendo víctima de persecución por parte del obispo de la ciudad.