A propósito del incendio que afectó más de 10 fincas en los límites de Santa Ana y Nueva Granada, queda en evidencia la falta de recursos para atender esta clase de emergencias.
El caserío Santa Rosa, en los límites de Nueva Granada y Santa Ana, fue afectado durante el fin de semana pasado por un incendio que se extendió por más de 10 fincas. La situación, que por momentos se convirtió en una auténtica y descontrolada emergencia habría sido mejor atendida si el personal bomberil de Santa Ana contara con los insumos necesarios para realizar su trabajo.
Así lo deja en evidencia el capitán Carlos González, comandante del Cuerpo de Bomberos de Santa Ana quien explica que en la actualidad su único recurso, y quizás el más importante, es el personal. Ese mismo equipo de trabajo que no cuenta con los insumos básicos para realizar su labor.
“Lo único que tenemos es el material humano, no tenemos ninguna clase de equipamiento y prácticamente no estamos en operatividad, los muchachos están siempre dispuestos, pero ya después de 5 de la tarde no se pueden atender”, comenta González.
Para colmo de males, el capitán González no puede arriesgar a su personal porque tampoco cuenta con algún tipo de protección social.
“Las unidades no tienen su EPS, su seguro de vida, esto es correr un riesgo de enviarlos a una línea de fuego, los pocos recursos que hemos recibido de sobretasa bomberil fue lo que se utilizó para capacitar al personal”, resalta el oficial del cuerpo de Bomberos de Santa Ana.
¿Qué ocasionó el incendio?
En diálogo con el capitán González, aún no se ha podido determinar con exactitud las causas de este incendio forestal. Sin embargo, una de las versiones que con el pasar de los días toma más fuerza es que se habría provocado en medio de una maniobra de productores de miel.
“Puede ser a propósito, puede ser accidental hasta un vidrio en un potrero que se recalienta y eso inicia. Parece, pero no está confirmado, que personas dedicadas a la extracción de miel de abejas lo iniciaron en una finca cuando estaban haciendo la labor de echarle humo a las abejas africanas”, puntualiza.