Un juez de ejecución de penas de Bogotá ordenó la libertad inmediata del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso Gómez al considerar que cumplido la mayor parte de su condena.
Conocido también por los alias de el Mono Mancuso, Santander Lozada o Triple Cero es oriundo de Montería, ha reconocido su participación en por lo menos 300 asesinatos incluido el de una niña de 22 meses y se le atribuye la autoría como comandante de la masacre de Mapiripán en la que murieron veinte campesinos en estado de indefensión y la masacre de El Aro donde fueron asesinados otros 15 en 1997 y por la cual se le dictó una condena de 40 años de cárcel (no purgada por su sometimiento a la Ley de Justicia y Paz).
Igualmente es señalado por la masacre de la Gabarra en 1999 donde fueron asesinadas 35 personas y la Masacre de El Salado en febrero de 2000, donde fueron asesinadas más de 100 personas y es considerada una de las acciones más sanguinarias de las AUC.
Mancuso confesó que el Bloque Catatumbo que él comandaba fue responsable de la muerte de cinco mil civiles y que las autodefensas habían infiltrado todas las ramas del poder público.
El gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez sancionó la Ley 975 de 2005, conocida como “Ley de Justicia y Paz” y aprobada por el Congreso de la República de Colombia. El propósito de la Ley 975 era el de crear un marco jurídico viable para adelantar un proceso de desmovilización paramilitar y, eventualmente guerrillero. Aunque la Ley tuvo numerosas objeciones por parte de grupos nacionales como aquellos representados por la izquierda colombiana y por observadores internacionales como las organizaciones del monitoreo de los derechos humanos, la Ley fue aprobada en el congreso sin embargo más tarde sería enmendada por la Corte Constitucional con modificaciones que exigían confesión plena a los paramilitares y una mayor compensación a las víctimas de sus acciones militares.