La familia de la víctima denuncia que el joven perdió la vida luego de recibir una herida mortal en el pecho durante una confrontación con su empleador en el barrio 7 de Agosto. Señalan retrasos en la atención médica y que el presunto agresor continúa prófugo.
La trágica muerte de Daniel Felipe Suárez, un joven de 22 años, ha generado indignación en Bogotá. Según su familia, el hecho ocurrió en un local de trámites vehiculares ubicado en el barrio 7 de Agosto, luego de una discusión por un faltante de $5.000 en el trabajo.
De acuerdo con el testimonio de su tía, Marcela, el joven se encontraba en su lugar de trabajo cuando el administrador del negocio, que no estaba presente, comenzó a reclamarle por mensajes de WhatsApp debido a un descuadre en el dinero recaudado por la toma de improntas.
Suárez propuso encontrarse para aclarar la situación y se ofreció a cubrir el dinero. Sin embargo, al llegar al sitio, el hombre continuó la discusión en vía pública.
“Felipe le insistió en que se calmara y que él le pagaba los $5.000, pero el jefe sacó un cuchillo y lo hirió en el pecho”, relató la familiar.
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Demoras en la atención médica
Tras el ataque, Daniel se dirigió por sus propios medios al hospital de Chapinero, donde recibió atención inicial. No obstante, la familia denuncia que el centro no tenía la capacidad para tratar la herida y que el traslado al hospital Simón Bolívar se produjo cerca de dos horas después.
Durante su permanencia en el primer hospital, un patrullero de la Policía lo entrevistó y el joven alcanzó a dar el nombre de su presunto agresor y la razón de la disputa. Sin embargo, los familiares afirman que no se realizó una captura inmediata.
En el Simón Bolívar, Suárez fue ingresado a cirugía, pero murió horas más tarde debido a la gravedad de la lesión y la pérdida de sangre. La familia también acusa que se priorizó la verificación de documentos sobre la atención médica urgente.
Al día siguiente, el negocio del presunto agresor seguía abierto y atendido por sus familiares, lo que indignó a la familia de la víctima. Sin recursos para un abogado, acudieron a la Fiscalía y a la URI, pero aseguran que no han recibido avances y que el responsable sigue prófugo.
