Cuando tenía sólo 10 años cuando un desconocido lo atropelló. Nunca pensó que, a tan corta edad, su vida iba a cambiar totalmente por cuenta de las secuelas físicas que dejó el accidente y que le ocasionaron problemas de movilidad desde entonces.
Con pocos recursos y sin una familia que le brindara la mano, desde los 20 años empezó a deambular en las calles, hoy tiene 38 y por azar del destino, desde hace ocho años llegó a Santa Marta sin pensar que se convertiría en el ‘Guardián’ del Camellón de la Bahía.
Es querido y apreciado por todas las personas que deambulan y laboran en este sector, y no es para menos, pues el Camellón es su casa. Hizo de los baños públicos su hogar y su fuente de ingreso, durante años se encargó de su sostenimiento y limpieza a cambio de algunas monedas que aseguraran su sustento diario. Sin embargo, dormía en estos y se encontraba en un estado precario de salud.
Con la puesta en marcha de las labores de intervención y recuperación del Camellón de la Bahía, recibió la noticia que los baños que le habían servido como su lugar de vivienda, serían demolidos.
Ante semejante anuncio, Jorge Ripoll no podía sentirse más temeroso ¿dónde y de qué iba a vivir?
Con lo que no contaba era que desde la Alcaldía Distrital de Santa Marta y la Empresa de Desarrollo Urbano Sostenible, EDUS, ya se estaba trabajando para velar por su bienestar.
Gracias a la articulación con la Secretaría de Promoción Social, gestionamos su ingreso a uno de los albergues para personas en situación de calle, que fueron abiertos en esta administración como una medida humanitaria para la población vulnerable del Distrito en el marco de la pandemia de Covid-19.
SU NUEVA VIDA
Con sus pocos enseres, después de vender agua, manillas y dormir en el piso de un baño público, Jorge llegó al albergue humanitario en el Hotel Los Veleros, para seguir ganándose el cariño y admiración de todos. Así lo expresa Darlis Mattos, trabajadora social del establecimiento, quien destaca el espíritu proactivo y líder de Ripoll.
“Aunque tiene movilidad restringida, es una excelente persona, con ganas de surgir, cada día se levanta con ganas de ayudar, de trapear, atiende a los adultos mayores, es un gran ser humano”, comenta la funcionaria, destacando que la oferta institucional llega a personas en condición de vulnerabilidad como Jorge, que se ha convertido en un símbolo de desarrollo con impacto social.
Hoy Jorge se está recuperando y muy pronto estará listo para un nuevo reto ya que se le brindará apoyo para que pueda reconvertir su actividad laboral, mientras se le garantiza un techo.
“Estos son el tipo de cambios que nosotros queremos tener con nuestros proyectos. Nuestras obras van más allá de intervenciones físicas y pretenden generar un impacto en la ciudadanía que conlleve a mayores oportunidades y bienestar”, señala el gerente de la EDUS, Dagoberto Ospina.