El crimen de Ronald Ramírez, un obrero que fue asesinado a tiros mientras recogía agua en el barrio San Fernando, ha abierto nuevas líneas de investigación. Las autoridades analizan si el ataque estaría vinculado a problemas personales, amenazas previas o presiones de estructuras criminales en el norte de Santa Marta.
El asesinato de Ronald Ramírez, un trabajador de la construcción que fue ultimado a bala el pasado miércoles en el barrio San Fernando, ha generado conmoción en la comunidad y encendió las alarmas de las autoridades, que ahora investigan qué actividades realizaba la víctima al momento del ataque y si tenía problemas o amenazas previas.
Ramírez fue interceptado por dos sujetos en motocicleta mientras recolectaba agua en la vía pública, según confirmaron testigos del sector. Uno de los hombres desenfundó un arma de fuego y le disparó sin mediar palabra, quitándole la vida en el acto.
Aunque inicialmente se manejó la posibilidad de un ataque relacionado con disputas entre bandas, ahora los investigadores analizan si la víctima tenía conflictos personales o había sido amenazada previamente. Este nuevo enfoque surge a partir de testimonios de vecinos que afirmaron que Ronald era conocido por su trabajo y comportamiento tranquilo, pero que recientemente habría tenido diferencias con personas del sector.
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Las autoridades también estudian si el obrero estaba siendo presionado por grupos delincuenciales que operan en el norte de la ciudad, los cuales han venido extorsionando a comerciantes y obreros informales.
Tras el hecho, uniformados de la Policía Metropolitana de Santa Marta acordonaron el área, mientras funcionarios del CTI de la Fiscalía realizaron la inspección técnica al cadáver y su posterior traslado a la morgue de Medicina Legal.
Este crimen se suma a una preocupante escalada de homicidios en diferentes barrios de Santa Marta, especialmente en la zona norte.
