Deudas sin cobrar, servicios prestados sin facturar y mala gestión de documentos y medicamentos fueron algunos de los hallazgos que reveló el interventor.
El agente interventor del Hospital Julio Méndez Barrenech, Luis Óscar Galves Mateus, participó en la sesión ordinaria el día 30 de julio de 2020 de la Asamblea Departamental del Magdalena y en su intervención ‘desnudó’ todas las falencias de la institución, las cuales motivaron la intervención de la misma.
El funcionario expresó su preocupación por la situación financiera actual de la institución cuyos recursos están representados en deudas por prestación de servicios con valores que sobrepasan los 42.000’000.000, recursos que son sumamente necesarios para el funcionamiento.
Las deudas por prestación de servicios corresponden a entidades tales como la Gobernación del Magdalena, la Alcaldía Distrital de Santa Marta, Comparta EPS, Nueva EPS, AMBUQ EPS, y Policía Nacional, entre otros.
Reveló además que hay cuentas embargadas entre las que está una de Sudameris por más de 400 millones de pesos y congeladas a las que el Hospital no tiene acceso y que existen cuentas no registradas en los estados financieros cercanas a los 10 mil millones de pesos.
En la cartera se reflejan deudas por más de 63 mil millones de pesos representadas en cuentas que tienen más de un año, entre esos la deuda por más de 13 mil millones que tiene la Alcaldía, la de 5 mil millones de la Gobernación y cuatro mil millones de la Policía Nacional.
Hay servicios prestados no facturados por más de 35 mil millones de pesos, así como 79 mil millones de pesos que pudieron haber entrado a la Hospital, pero por el mal proceso de facturación no fue así. Hay pasivos sin soporte por más de 17 mil millones de pesos.
El Hospital le debe a la Gobernación más de 13 mil millones de pesos por estampillas de vigencias anteriores hasta el mes de marzo de 2020. Los estados financieros no son razonables, lo que dificulta conocer la realidad financiera de la entidad.
Advirtió que, en Hospital, no se garantiza el bienestar de los estudiantes internos de las diferentes universidades porque el piso sexto que está en comodato con la Universidad del Magdalena está en abandono total y el piso noveno que está en comodato con la Universidad Cooperativa de Colombia, UCC, también está cerrado, ambos con presencia de mosquitos, ratones y palomas.
De acuerdo con Galves Mateus se evidencia “la no implementación de las once buenas practicas de bienestar del paciente, no hay articulación con la política de calidad de la institución, no había un plan operativo para 2020 y además la entidad no hizo ejercicio formal de rendición de cuentas de 2019”.
Dio a conocer también que el sector de hemodinamia que funciona a través de un comodato desde el año 2018 no prestaba ningún servicio y además uno de los ascensores no funciona.
Se encontraron 141 demandas, de las cuales 30 no tenían expedientes y 50 no tenían abogado designado, además los documentos estaban guardados en cajas de manera descuidada y no había informes de supervisores de los contratos de personas naturales.
En papeles registraban 4 salas de cirugías, pero funcionaban dos porque las otras dos no tenían máquinas de anestesia, se hacían cirugías con limitantes, había falencias en la entrega de medicamentos y además había medicamentos e insumos abandonados en algunos pisos.
El agente interventor también presentó su plan de acción, según el cual planea “mejorar la oferta y la calidad de los servicios de salud, asegurar la viabilidad y sostenibilidad financiera de la entidad, adaptar la institución a los retos y exigencias del mercado y modernizar la gestión administrativa, financiera, tecnológica y de prestación de servicios”.