Los jóvenes que cursan diferentes programas académicos en la Institución y también en el SENA se benefician con internet satelital, dispositivos electrónicos, mobiliario, material educativo y fluido eléctrico para sus clases virtuales.
Para la Universidad del Magdalena la pandemia ha sido un escenario de fortaleza, resiliencia y sobre todo de nuevas oportunidades para impactar positivamente a la comunidad universitaria y el territorio, de allí que una iniciativa inimaginable e imposible de materializar para muchos, hoy es una gran realidad. Se trata del Campus UNIMAGDALENA Sede Digital Murúnmuke, “Espacio de diálogo con el territorio y la montaña”; un proyecto para llevar energía solar y conectividad al territorio del resguardo Kogui-Malayo-Arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta, para que un grupo de estudiantes de diferentes comunidades asentadas allí, puedan desarrollar sus contenidos académicos de manera virtual.
El proceso nació como una idea de la Asociación de Estudiantes Indígenas en cabeza de la estudiante del Programa de Economía Ati Gundiwa Villafañe, perteneciente a la comunidad arhuaca; quien encontró en el Rector Pablo Vera Salazar el aliado por excelencia para cumplir este sueño, en la necesidad de resolver la situación de conectividad que les permita continuar con las clases virtuales de este semestre académico.
A través del liderazgo del máximo directivo universitario, la Institución puso en marcha la logística requerida para estructurar la Sede Digital Murúnmuke, con la participación del Grupo Daabón mediante la donación económica realizada por la Fundación de Trabajadores de las Bananeras -Flotraban- y la Empresa Energía Solar del Caribe, la cual es dirigida por un egresado y catedrático de la Institución.
Fue así como a pesar de la larga distancia y la dificultad del terreno para llegar hasta Murúnmuke, un grupo dispuesto por la Universidad en concurso con los ingenieros de Energía Solar del Caribe, trasladaron el mobiliario, los paneles solares para energía solar, equipos para la conexión de internet satelital y los computadores para los estudiantes; logrando en tiempo récord la adecuación de la Sede Digital que ya se encuentra en funcionamiento.
Muy emocionada, agradecida con todos los que han puesto su ´granito de arena´ para que la Sede Murúnmuke sea una realidad, la estudiante de octavo semestre del Programa de economía Ati Gundiwa Villafañe Mejía, aseguró que “esto ha sido una gran oportunidad para que la Universidad del Magdalena esté en nuestro territorio, que su proceso de gestión da como resultado la conectividad y la generación de energía solar. Es para nosotros una oportunidad de poder sacar nuestras carreras adelante, es un avance que muestra el compromiso y que responde a la necesidad de los estudiantes y los padres de familia de traer la Universidad. El grupo de juventudes Murúnmuke queremos agradecer a UNIMAGDALENA y a todos los que se han sumado a esta iniciativa, que es el inicio, la semilla de sueños más grandes que queremos seguir tejiendo”.
Por su parte, Cayetano Torres Mejía, autoridad tradicional de la Comunidad Arhuaca hizo una reflexión sobre la manera cómo las cosas ocurren no espontáneamente, sino que siempre interviene la energía de los ancestros, señalando que la madre espiritual dijo algún día que cuando se esté en dificultades, se debe acudir y creer en sus propósitos. “Si hay un centro de buena intención de la madre, eso jalona las demás buenas intenciones. A nombre de todos estos muchachos, de la familia, bienvenidos todos. De tanta satisfacción que siento esto no tiene ni palabras. Que la Universidad del Magdalena en cabeza del Rector Pablo Vera haya podido subir, la felicidad, el agradecimiento que sentimos porque esto va a ayudar a nuestros jóvenes a llevarlos en el tiempo”, explicó.
Durante la entrega formal de esta sede de la Universidad en la Sierra Nevada de Santa Marta, el Rector Pablo Vera Salazar se refirió a la gran satisfacción que genera poder abrir este espacio en territorio Kogui-Malayo-Arhuaco, gracias al liderazgo de Ati y de la Asociación de Estudiantes Indígenas que tomaron la iniciativa para que todo esto sea una realidad y con el apoyo del Grupo Daabon, la Fundación de Trabajadores Bananeros y Energía Solar del Caribe que gratuitamente instalaron estos paneles, demostrando que cuando se suma y no se resta, se incluye, en lugar de excluir, lo imposible se vuelve posible. “Estamos trayendo la Universidad, nuestros estudiantes que están aquí con el mobiliario que facilitamos y los equipos de cómputo, han podido retomar sus clases, no solamente los que están con nosotros en la Universidad del Magdalena, sino también jóvenes que hacen parte del Sena y de otras Instituciones Educativas”.
Otra de las voces que se pronunciaron ante este proceso, fue la de Patricia Apreza, jefe de Gestión Social del Grupo Daabón quien exaltó la manera como la Alma Máter gestionó los recursos para que jóvenes indígenas y campesinos cuenten con un lugar para formarse, acción que es motivo de orgullo para Daabón y los trabajadores de las fincas bananeras, que aportaron a este proceso.
Finalmente, el ingeniero Víctor Oliveros, egresado de esta Casa de Estudios Superiores y líder del Energía Solar del Caribe explicó las características técnicas del proyecto en el que se implementó un sistema de energía solar autónomo que permite a los estudiantes disponer de energía eléctrica para los diferentes equipos electrónicos utilizados para sus procesos educativos. “Esta comunidad es el primer piloto para que desde la Sierra Nevada de Santa Marta tengamos un campus de UNIMAGDALENA, con la capacidad inicial de disponer 15 computadores portátiles, tabletas, así como la conexión a internet”, puntualizó.