El amanecer fue muy distinto ayer en casa de los Ardila Duarte, en el barrio 7 de Agosto, aledaño a San Francisco y vecino del Aeropuerto Internacional Rafael Núñez.
Nadie amaneció en sus camas. La matrona del hogar, Zoila Rosa Duarte Torres, de 62 años, sigue bajo constante observación en el Hospital Universitario del Caribe con graves quemaduras de segundo y tercer grado en el pecho, el rostro, piernas y la espalda.
u hijo mayor, Elvis Antonio Ardila Duarte, de 40 años, también es atendido por quemaduras de segundo y tercer grado en las piernas y el abdomen en el CAP de Canapote a la espera de que le consigan cama en una clínica.
En ese mismo CAP está el causante de la tragedia que vivió esa familia a partir de las 8 de la mañana del martes, Carlos Ardila Duarte, de 26 años.
Su estado de salud es el más delicado. Según su hermano Bladimir, tiene quemaduras en más del 90 por ciento de su cuerpo y los médicos también esperan que haya una cama disponible en otro centro asistencial de mayor complejidad para remitirlo. Carlos está bajo custodia policial.
En una clínica en el Pie de La Popa sigue también en observación Wendy Loraide Torres Cumplido, de 25 años, mujer de Carlos y quien tiene quemaduras en brazos, piernas y abdomen.
Todos ellos, asegura Bladimir, estaban en una habitación cuando Carlos agarró un galón de combustible que su papá había comprado un día antes para realizar un trabajo y lo lanzó contra su mamá, un hermano y su mujer. El tanque de plástico tropezó con la estufa donde en esos momentos calentaban café y eso originó el fuego que quemó a toda una familia reunida en un solo lugar en cuestión de segundos.
Cristóbal Ardila, padre de Carlos y esposo de Zoila, estaba en esos momentos en la puerta de la casa y por eso es el único de la vivienda que salió ileso. Él, con ayuda de vecinos, fue el encargado de trasladar a sus familiares a diferentes centros asistenciales en motos.“Peleó con su mujer”
Eso fue lo que desencadenó la tragedia que hoy viven los Ardila Duarte en plena pandemia por el COVID-19.
Hasta hace unos cinco meses, esa familia vivió en el barrio La María, pero por lo costoso del arriendo y ante las restricciones por la emergencia sanitaria, se mudaron al 7 de Agosto.
Bladimir, quien ayer en la mañana acompañaba a su mamá en el HUC y por celular monitoreaba el estado de salud de sus hermanos y cuñada, le dijo a El Universal que Carlos es consumidor de sustancias alucinógenas, pero el martes estaba sano, en un estado normal.
“Él peleó con la mujer porque ella le dijo que se iba de la casa, que se iba de viaje. Ese fue el punto de la discusión. Él comenzó a golpearla a ella y mi mamá y mi hermano se metieron. Cuando se llevaron a la muchacha para el cuarto, Carlos tomó el galón y se los echó encima. Como la estufa está ahí mismo, y estaban haciendo café, todo eso cogió candela enseguida y todos se prendieron”, cuenta Bladimir.
El hijo de Zoila dice que está muy preocupado por el estado de su mamá y de su hermano Carlos, quien lo tiene sufriendo.
“No sé por qué actuó así. De todas maneras es mi hermano y ahora estamos esperando que todos se recuperen”, le expresó vía celular Bladimir a El Universal.