Pese a las dificultades del camino y lo difícil de la montaña los tres aventureros lograron conquistar los picosColón y Simón Bolívar.
Un grupo de amigos aventureros unieron fuerzas para hacer historia, se trata de Cristian Alarcón, Daniel Henao y Aldo Cepeda, los cuales cumplieron su sueño de subir la montaña más alta de Colombia ubicada en la Sierra nevada de Santa Marta.
Luego de 14 días de expedición y ardua tarea este ‘trío dinámico’ logró llegar al pico Simón Bolívar (Simmonds) y pico Colon. Uno de ellos lo describe de esta forma “fueron tantos días y tantas noches que resumir lo que sentí, lo que mis ojos vieron y lo que viví sería imposible”.
Dificultades desde el inicio
No todo inició color de rosa, debido a que el viaje comenzó un poco tristes, pues unos amigos, Andrés y Peter, no pudieron unirse al grupo por complicaciones en la salud que les impedían realizar la hazaña.
Pero este percance no evitó que continuaran con el propósito de años anteriores y decidieron seguir adelante con el objetivo que era subir la montaña.
“La aproximación a la montaña fue muy dura, muy técnico y exigente, las jornadas diarias empezaban muy temprano a las cinco y media de la mañana, desarmar las carpas, empacar el equipo, cocinar y poner en marcha la caminata, jornadas de más de ocho horas diarias, cada día el ejercicio se repetía”, indicó uno de los aventureros.
Sin embargo, al tercer día de estar cansados por las actividades, pudieron ver las montañas de la Sierra Nevada, esto los llenó de esperanza y vitalidad para continuar el trayecto a pesar de las dificultades.
“Fue una especie de alegría con decepción, pues las teníamos a la vista, pero estaban súper lejos y para llegar a ellas tendríamos que atravesar quebradas, cañones y morrenas gigantes, luego de varios días al fin al sexto día llegamos a una laguna a los pies de la morrena del pico Simonds”, expresó Aldo Cepeda
En ese momento, los acompañantes y guías indígenas Arhuacos, Marco, Uriel, Alirio, Fernando, Guillermo, Isaías y Misael, decidieron desistir de la idea y no los pudieron acompañar más.
“A pesar de que los equipamos con ropa de montaña, lo mejor que pudimos, no fue suficiente para que permanezcan más arriba, ya que el frío de la Sierra es particularmente gélido”, explicó Cepeda.
Sin esta compañía ancestral, el grupo de amigos armaron sus mochilas con lo indispensable, priorizando el material de escalada y la comida que no pesara tanto.
“Casi no llevamos comida, pues cada gramo a esa altura, más los días de desgaste en la aproximación y la escalada que tendríamos que hacer tenía que ser tomada en cuenta en cada cosa que desde aquel momento empacáramos en nuestras mochilas, nos despedimos de nuestros amigos y nos adentramos en la morrena” afirmó.
Luego pasaron la noche en un lugar seguro y como cosa del destino se encontraron con otro equipo de montañistas que bajaban de la cumbre, extasiados de la felicidad y esa alegría los contagió para seguir adelante.
“Nos alegramos por ellos, nos compartieron información, nos dimos un abrazo y continuamos nuestro camino, pues nuestro plan sería instalar un campo de altura lo más alto posible, en la tarde de ese séptimo día montamos nuestro campamento en la base de la morrena del pico Colón junto a una laguna, esa tarde armamos nuestras mochilas y nos dedicamos a descansar e hidratar, comimos un poco y esperamos a la noche”, dijo el montañista.
En medio de una morrena larga, donde las rocas se mezclaban con hielo y nieve se encontraron con huellas, pues al parecer el destino los guío a una vía más directa.
De acuerdo con el reto de estos aventureros, la montaña es impresionante, tiene paredes, ceracks, mixtos, un parque de diversiones para un escalador. Entrado el amanecer llegaron debajo de la arista que une el pico Colón y el pico Bolívar, desde ahí una travesía muy expuesta hasta llegar a una grieta con un puente y la cumbre estaba ya a la vista.
“Faltaban solo unos metros, les dije a mis amigos, esta cumbre le pertenece a colombianos suban ustedes primero, pero ellos me dijeron, no Aldo esta cumbre es de todos, lleguemos juntos”, testificó.
Tras este momento emotivo, se abrazaron y caminaron juntos por la pequeña cuchilla hasta la cumbre, sin duda alguna el sentimiento no evitó que se derramaran lágrimas.
“Lloramos, finalmente luego de ocho días a las 6:47 de la mañana, alcanzamos el techo de Colombia, la vista, el paisaje de la Sierra todo el esfuerzo en un minuto de alegría, en mi mente y en mi corazón mi hija, mi familia y mis amigos, hicimos un video, unas fotos y descendimos”, puntualizó.
Posteriormente y llenos de ánimo y mucha fuerza, planeaban llegar al pico Bolívar, pero Daniel no se sentía bien, este se quedó en medio del collado, Cristian y Aldo si estaba decididos a subir, pero unas dificultades en el terreno se lo impidieron.
“Cristian fue de primero, enterrándose en la nieve llego debajo de la arista del Bolívar, pero una rimaya en la pared nos impidió el paso, nos tocó dar marcha atrás y emprender el descanso, el Pico Bolívar seguiría sin ser conquistado”, dijo.
Al ver estas circunstancias descendieron de la montaña hasta el campamento de altura. Según los viajeros en total el ataque a la cumbre fue una jornada de doce horas y cincuenta minutos.
“Al llegar descansamos comimos un poco y en medio del cansancio por tantos días sin parar les dije a mis compañeros ¡Mañana intentemos el pico Simonds! Todos nos quedamos viéndonos por un momento, sin decir nada y acentuamos con la cabeza, lo intentaríamos… Continuará”, así terminó el relato Aldo Cepeda, quien no seguirá contando esta hazaña que tiene encantados a los samarios, a los colombianos y a todo el mundo.
