Desde su desaparición, la familia no cesó de buscarlo, con el paso del tiempo y ante la falta de respuestas, decidieron acudir a la UBPD.
Jhonger Iguarán Ortíz tenía 22 años cuando dejó su tierra natal, el corregimiento de Barbacoa, en Riohacha, La Guajira, con la esperanza de un mejor futuro. Había recibido una oferta laboral fuera de la península, y con esa ilusión se despidió de su familia sin saber que ese viaje marcaría su desaparición definitiva.
Diecisiete años después, el pasado 18 de junio, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) llegó hasta Barbacoa para entregar de manera digna a sus familiares los restos óseos del joven guajiro, justo tres días antes de que cumpliera 39 años.
El hallazgo generó sentimientos encontrados entre los Iguarán Ortíz. Por un lado, la tranquilidad de conocer finalmente su destino y poder sepultarlo en el cementerio de su pueblo; por el otro, el profundo dolor de confirmar que Jhonger fue asesinado. El joven era recordado por su comunidad como una persona honesta, trabajadora y sin conflictos, lo que agrava aún más el sinsentido de su muerte.
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Desde su desaparición, la familia no cesó de buscarlo, pues con el paso del tiempo y ante la falta de respuestas, decidieron acudir a la UBPD, allí formalizaron la solicitud en agosto de 2021, el padre de Jhonger, resaltó que nunca renunció a buscar a su hijo.
Gracias a la articulación entre los equipos de búsqueda en Magdalena y Córdoba, así como al trabajo del Instituto Nacional de Medicina Legal, fue posible identificar plenamente los restos y entregar una respuesta a esta familia que durante años vivió en incertidumbre.
Finalmente, este caso de Jhonger Iguarán Ortíz se suma a las más de 4.500 personas desaparecidas que siguen siendo buscadas por sus seres queridos en todo el país.
