Los negociadores esperan superar las dificultades para avanzar en el proceso.
El Gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) vuelven este lunes a la mesa de negociación en una segunda ronda de diálogos que esta vez se celebrará en México y donde el cese al fuego se plantea como principal objetivo, aunque no parece tan sencillo conseguirlo.
La delegación del ELN llegó la noche del sábado a México, donde su jefe negociador, ‘Pablo Beltrán’, declaró: “Esperamos que los trabajos en este segundo ciclo sean un efectivo avance y apoyo para el proceso de paz de Colombia”.
El cese al fuego ha sido el primer escollo contra el que se han chocado las negociaciones, que se retomaron el 21 de noviembre pasado en Caracas, después de cuatro años a la deriva por la falta de voluntad del anterior Gobierno.
“Vamos a trabajar por un cese bilateral; tenemos una idea parecida y esperamos que eso sea un tema que en un siguiente ciclo abordemos”, decía Beltrán tras la primera ronda de negociaciones en la capital venezolana.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se precipitó, sin embargo, a anunciar, apenas unos minutos antes de que cerrara 2022, un alto el fuego bilateral que el ELN no tardó en desmentir, en un desacuerdo que parecía superado en una reunión extraordinaria celebrada a mediados de enero en Caracas.
Ahora Petro ha pedido a la delegación gubernamental que logre pactar este cese de hostilidades pero el ELN no tiene prisa y las delegaciones se pueden levantar de la mesa, que se espera dure unas tres semanas, sin un acuerdo.
El alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, sin embargo, confía en la buena voluntad de la guerrilla.
“Tenemos la profunda esperanza que el ELN, organización política en armas, entienda el momento que vive el país y la esperanza de las comunidades más empobrecidas para lograr cambios históricos y estructurales en Colombia”, dijo a EFE Rueda.
Descontento del ELN
El ELN se escuda en que el Ejército ha incumplido otros ceses al fuego y el Gobierno los ha aprovechado para atacarlos; “esperamos que en este Gobierno las Fuerzas Armadas tengan una actitud distinta”, dijo Beltrán el 12 de diciembre.
Ahora llegan a la mesa con un manifiesto malestar. El comandante del ELN, ‘Antonio García’, que no estuvo en Caracas, denuncó en las últimas semanas agresiones como una operación militar en una zona rural de Buenaventura, en el Pacífico, donde supuestamente, según denuncia, “quedan compañeros vivos que testifican cómo fueron rematados los compañeros que estaban vivos y en estado de indefensión”.
Durante el cese al fuego navideño que decretó la guerrilla, el ELN lamentó que “las Fuerzas Militares y de Policía no actuaron en correspondencia” y siguieron obrando como “lo han hecho los Gobiernos tradicionales”.
Participación y alivios
El otro gran punto en la mesa será “abordar la participación de la sociedad en la construcción de la paz”, según García, que coincide con los objetivos del Gobierno, que quiere que este proceso sea acompañado por las víctimas y la sociedad civil.
Es un tema que arranca de cero, que no ha sido tratado y que, aunque ambas partes quieren involucrar a las mujeres, la sociedad civil y el campesinado, hay visiones diversas de cómo se hará.
También hay una voluntad compartida de que el acuerdo, más allá de la paz, traiga “transformaciones sociales” a Colombia.
“Está claro que la paz es el objetivo y está claro que esa paz tiene que tener transformaciones sociales, pero queremos avanzar en esa visión común”, dijo a EFE el senador Iván Cepeda, de la delegación gubernamental.
Por otro lado, uno de los acuerdos más prácticos de Caracas fue el de unos “alivios humanitarios” en dos partes del Pacífico: Bajo Calima y Medio San Juan, donde el ELN tiene presencia, y que, según dijo Beltrán, si funciona correctamente, esa medida se podría expandir a otra zonas.
En enero se hizo una “caravana humanitaria” con presencia de las dos partes a estas zonas, de la cual se llevará a la mesa las conclusiones, aunque una vez más las visiones sobre los problemas de estas regiones golpeadas por el conflicto divergen ligeramente.
En cualquier caso, tanto el Gobierno como el ELN llegan a México con voluntad de hacer las cosas bien y esperando no repetir errores del pasado para que la negociación avance.
EFE