Además de la comida de mar, existen otros manjares para deleitar el paladar.
Santa Marta no es solo sol, mar y arena, en este destino turístico también se puede disfrutar de una gastronomía muy variada, en la que los frutos del mar son los protagonistas.
En la ciudad dos veces santa, se puede encontrar desde los restaurantes más lujosos, hasta un los andenes cargados de historia y mucho sabor como, los fritos de ‘La Industrial’, la Plazoleta de Pescados y Mariscos en el Mercado Público, Plazoleta de Jugos en el Camellón de la Bahía, los famosos perros cebolleros, entre otros.
La cocina samaria seduce y, es sin duda, uno de los puntos que más ha tomado fuerza en la ciudad para cautivar a propios y foráneos.
A módicos precios, se puede disfrutar una apetitosa cena con amigos, familia, compañeros de trabajo, pareja o simplemente para ‘echar cuentos’.
Las habilidosas manos de los samarios, han demostrado que están impregnadas de un legado que se resiste a desaparecer.
Algunos de los platillos tradicionales de Santa Marta
Pescado Frito: El pescado en Santa Marta viene en todas sus versiones, pero frito y con patacón, es el propio cuando se va a la playa o cuando se cocina en casa los fines de semana; tostadito y caliente, se sirve sobre una buena porción lechugas que a su vez descansan sobre el patacón, aún más crocante.
Cayeye : Del origen de este platillo hay muchas versiones, pero su sabor es único e inigualable.
Cayeye, guineo panga’o o mote de guineo, todos estos nombres para un mismo manjar preparado con queso, mantequilla y en algunas ocasiones guiso de tomate y cebolla.
La ‘Arepa de huevo’, bollo de queso, mazorca y yuca, son otros de los manjares que encantan a cualquiera que los pruebe.
Comidas rápidas: aparte de los tradicionales platillos de fritos, pescados y entre otros, Santa Marta se caracteriza por tener una gran variedad de restaurantes y ‘puestos’ de comida callejera en la ciudad.
La gran calidad de productos como salchipapas, hamburguesas y los famosos ‘perros cebolleros’, ubicados en las calles del Centro Histórico también se han vuelto un atractivo gastronómico para turistas y locales.