Entre el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección, el departamento vivió un cierre trágico de Semana Santa, marcado por homicidios, accidentes y muertes en extrañas circunstancias.
El fin de semana de Semana Santa dejó un preocupante balance judicial en el departamento del Magdalena, con cinco muertes violentas registradas entre el 18 y el 20 de abril. Pese a los esfuerzos institucionales por garantizar una temporada segura, los hechos ocurridos en Santa Marta y otros municipios revelan la persistencia de fenómenos como la violencia, los accidentes de tránsito y las muertes bajo investigación.
El Viernes Santo, el corregimiento de Guacamayal, en la Zona Bananera, fue escenario de un hallazgo que estremeció a la comunidad. María Isabel Sosa Cabeza, de 47 años, fue encontrada sin vida en su residencia. Aunque aún no se han confirmado las causas de su muerte, el caso es tratado como una muerte en condiciones sospechosas por las autoridades judiciales.
El Sábado de Gloria fue el día más crítico del fin de semana. En Santa Marta, un joven identificado como Carlos Kaleth Mourad Dippe, de 34 años, fue hallado ahogado en una alberca del barrio San Francisco. La víctima padecía Alzheimer, y se presume que pudo haber caído accidentalmente, aunque el caso sigue en investigación.
Ese mismo día, en la vía entre Sevilla y Ciénaga, el docente Eris Padilla Zapata, de 54 años, murió en un accidente de tránsito al chocar su motocicleta con otro vehículo. Horas después, en San Zenón, un hombre sin identificar fue asesinado a tiros por sicarios que se desplazaban en motocicleta.
La última víctima del fin de semana fue Juana Iris Zabaleta Moya, de 39 años, quien falleció el Domingo de Resurrección en la clínica La Milagrosa de Santa Marta. Estaba internada desde el pasado 6 de abril, cuando fue atacada con arma blanca por su pareja en el Mercado Público. Un paro cardiorrespiratorio, producto de la gravedad de las heridas, terminó por quitarle la vida.
