Decenas de allegados a la familia Sanabria Fernández llegaron hasta el Cementerio Jardines de Paz para darle el último adiós a la joven que partió manera inesperada.
En medio de lágrimas y un dolor indescriptible, familiares, amigos y allegados le dieron en la tarde de hoy en el Cementerio Jardines de Paz el último adiós a la joven Rafaella Sanabria Fernández, la pequeña de 12 años que murió mientras practicaba su deporte favorito, el voleibol.
Cientos de personas acompañaron el féretro y el dolor de la familia Sanabria Fernández, quienes a través de cánticos y una ceremonia religiosa le dieron una sentida despedida a la joven que cursaba séptimo grado en la Institución Bureche School.
Una partida inesperada
La inesperada confirmación de la partida de la joven deportista se dio ayer en la noche luego de que horas antes en medio de un calentamiento previo a un juego de voleibol en el Coliseo Mayor de la Villa Olímpica, Rafaela sufriera un desmayo, por lo que fue auxiliada y tras no reaccionar a los primeros auxilios, fue trasladada rápidamente hasta la clínica Gestión Salud, donde pese al esfuerzo de los médicos de turno, falleció producto de una falla cardiaca.
Una sentida despedida
Horas antes de su sepelio, el padre de Rafaela, Juan Carlos Sanabria, le brindó una sentida despedida a través de mensajes en sus redes sociales, expresándole todo el amor que le tenía y cómo será su vida ahora que no está.
“Dios te llevaste a mi amor lindo, mi bebé. Nos dejas con el corazón destrozado, no puedo ni quiero entender por qué eso a mí Rafaella hermosa. Mi niña linda, obediente, juiciosa, intensa, dedicada, la alegría de nuestras vidas. Hoy tu mamá, tu hermana, tus abuelas, tus tíos, tías, primos, primas y todos los que disfrutamos tu presencia lloramos sin consuelo tu repentina partida. No lo creo todavía mi amor, cuanto quisiera que todo solo fuera un mal sueño. Te amo mi amor lindo. Tu Papá Que no sabe cuánto más podrá soportar esto tan horrible”.
Mientras su familia intenta encontrar consuelo en el recuerdo de su sonrisa y en los momentos felices que compartieron, sus amigos de escuela y equipo se solidarizan con la pérdida de una joven que, a su corta edad, supo dejar una huella imborrable en todos los que tuvieron el privilegio de conocerla.